Análisis Técnico: Circuito de Montecarlo

Fin de semana de Gran Premio y una cita muy especial en el calendario: Mónaco, el circuito urbano de Monte Carlo que es fecha indispensable cada año en el campeonato. Tras cinco carreras desde el comienzo de la temporada 2018 de Fórmula 1, los pilotos al fin pueden batirse sobre el asfalto de este entrañable trazado durante los días 26 y 27 de mayo, un Gran Premio que todos esperan con ilusión.

El Principado de Mónaco acoge entre sus calles esta cita del calendario de la Fórmula 1 desde 1929, uno de los más antiguos Grandes Premios que se corren actualmente y uno de los más prestigiosos, pues no solo se han debutado carreras increíbles sobre su trazado sino que, en 1933, fue el primer Gran Premio en el que se estableció que la parrilla de salida se organizaría por tiempos y no por sorteo, como se venía haciendo desde los inicios de este deporte.

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Monte Carlo, circuito donde priman las habilidades en las manos del piloto antes que el motor del monoplaza que conduce, debido a la gran abundancia de curvas cerradas y rectas cortas. Tras la recta principal tenemos Sainte Devote, curva a derechas en la que se encuentra la salida de boxes, que va a desembocar en la subida Beau Rivage, que conecta con la curva 4, la del Casino, donde comienzan una serie de curvas cerradas enlazadas antes de la entrada al túnel. En dicho tramo encontramos la curva 6, también conocida como Loews, por el hotel situado en esa zona, además de Portier, doble curva a derechas que desemboca en la entrada al túnel, zona de gran peligro para los pilotos pues por unos segundos, el cambio brusco de la luz solar a la oscuridad del techo que cubre sus cabezas, obstaculiza la visión y complica la conducción.

A la salida de éste, se encaran las curvas 10 y 11 conocidas como Nouvelle Chicane, localización donde se han producido numerosos accidentes y encontronazos en pista debido a la gran velocidad con que se toman estas curvas, pues la salida del túnel provoca pasadas de frenada con frecuencia. La curva 12, Tabac, da paso a la zona de la piscina, donde se sitúan un par de chicanes antes de la curva de La Rascasse, cuyo nombre deriva del restaurante que corona esa zona del circuito. Por último, se completa la curva de Anthony Nogues (fundador del circuito en 1920) que da paso a la bandera a cuadros.

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El circuito de Mónaco tiene una única zona de DRS, que abarca desde la salida de la curva de La Rascasse, el paso por línea de meta, hasta la primera curva, Sainte Devote. Zona de mayor velocidad en la que se producen la gran mayoría de adelantamientos, aunque Loews, Portier y la salida del túnel también son puntos propicios para ganar posiciones, aunque de una complejidad mayor.

Un trazado complejo, de difícil adelantamiento pero ideal para aquellos con pericia al volante. Una buena clasificación el sábado es un pase casi asegurado a la victoria, sin embargo, Mónaco es conocido por su complejidad y nivel de peligro a la hora de las carreras, por lo que todo puede pasar en Monte Carlo y una oportunidad bien aprovechada puede suponer un cambio drástico. El factor climatológico es también de vital importancia en este circuito, una carrera con lluvia puede suponer el descontrol total de las posiciones, caos en pista y un aumento considerable de posibles accidentes. El Safety Car y las paradas en boxes también constituyen un gran papel durante este Gran Premio.

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En cuanto al mayor número de victorias en este circuito, Ayrton Senna mantiene el récord con seis victorias, por delante de Graham Hill y Michel Shumacher con cinco cada uno y Alain Prost con cuatro. Este circuito ha recogido grandes victorias y carreras, sin embargo, también ha sido testigo de la parte más dura de la Fórmula 1, acumulando graves accidentes en su historia y muertes como la de Lorenzo Bandini en 1967.

Un circuito en el que cualquier cosa puede ocurrir, con un desgaste de gomas no muy pronunciado y donde el agarre y la tracción serán claves a la hora de acometer las curvas cerradas de Monte Carlo.