5 de octubre

Que difícil es volver al lugar donde todo duele.

Que complicado es mirar de nuevo a la subida de la curva siete sin que se nos queden los ojos clavados y el alma encogida.

Cuesta mucho, pero toca hacerlo.

Suzuka vuelve con sus curvas míticas y sus ríncones mágicos, con sus mil historias, como las de Senna y Prost al final de los ochenta, como la rotura de motor del Ferrari de Schumi que dejaba en bandeja el título a Alonso en 2006, y si, como la tuya Jules.

Sigo sin entenderlo.

Reuters

No puedo evitar que se me ponga la piel de gallina al recordar todo lo que aquella tarde tormentosa albergó.

Qué raro fue todo, ¿no?

Que raro aquel podio, el más triste de la última década sin lugar a dudas.

Sigo con la indignación de aquellos que te echaron la culpa de todo lo que pasó, sin querer volver a entrar en si una grúa debería haber estado donde estuvo, sin querer entrar en las mil polémicas que aún a dia de hoy rodean aquel episodio negro de nuestro deporte. El que amabas y el que seguimos amando por tí.

Por tí y por tu pasión en la pista, por tí y por tu lucha diaria para ir un poquito más rápido, esa pelea intensa para robarle una décima de segundo más al cronómetro.

Por tus adelantamientos, por tus increíbles puntos en Mónaco, una actuación heroica y por todos recordada.

Por todos los valores que llenan la bandera de algo llamado ‘’Motorsport’’ y que tu defendiste hasta el último día.

Por mil razones que un solo homenaje no sería capaz de albergar, el 5 de octubre no volverá a ser una fecha cualquiera dentro del Paddock.

Ya nada es lo mismo.

Por todo esto Jules, que difícil es volver al lugar donde todo duele.

Hasta siempre.