Fórmula 1
Análisis técnico: GP Hungría, una batalla de caballeros
El pasado domingo se disputó la carrera del GP de Hungría en el que Sebastian Vettel se llevó la victoria sobre Raikkonen. Ferrari vuelve a lo más alto del podio, y de qué manera, con un doblete por delante de Mercedes. Los Red Bull parecía que podían dar la sorpresa, sobre todo tras el ritmo mostrado en los libres del viernes por Ricciardo, sin embargo Verstappen colisionó con su compañero de equipo en la salida dejando al australiano fuera de combate. Max recibió sanción por ello apartándolo de la lucha por el podio.
Esta carrera ha sido muy entretenida y ha dado de qué hablar. Pese a ello, poco hay que decir en el apartado técnico.
Respecto al ritmo de carrera, los tres equipos punteros muy distanciados del resto como es habitual en esta temporada. Los cinco primeros en menos de 14 segundos mientras que Alonso, el sexto clasificado, a más de un minuto. De ahí en adelante, doblados.
La carrera parecía de Ferrari desde el principio, pero un problema en la dirección del monoplaza de Vettel frenó la carrera hasta el punto en que Alonso rodaba en tiempos de cabeza de carrera e incluso se dio el lujo de conseguir la vuelta rápida. Ya hemos visto al español conseguir este logro en otros grandes premios, sin embargo esta vez no ha parado a pocas vueltas del final para conseguir ese objetivo con neumáticos frescos.
De todas formas, aunque McLaren se haya visto bastante en forma consiguiendo puntos con sus dos pilotos, hay que tener en cuenta que el ritmo de los de arriba estaba condicionado por el impuesto por Vettel que rodaba con problemas.
Un aspecto que es interesante comentar es que hemos visto lo complicado que es adelantar. Raikkonen tenía orden de no pasar a Vettel, pero Hamilton (al que Bottas dejó pasar para luego devolverle la posición si no podía con Raikkonen) no podía atacar a Raikkonen. En cuanto Vettel tuvo su problema los Mercedes se fueron acercando muy rápido, pero a una distancia menor de un segundo y medio se hace imposible acercarse más.
El aire sucio impide que los elementos aerodinámicos hagan bien su función perdiendo de esta forma carga aerodinámica. Además de ello, este circuito es conocido por la dificultad de realizar adelantamientos, pese a haber dos zonas de DRS.
Por otra parte, la estrategia de neumáticos. Todo apuntaba a que la carrera sería a dos paradas, de hecho el propio Hamilton en la vuelta de calentamiento dudaba de si sus neumáticos resistirían para ir a una. Todos temían por la degradación, las temperaturas el domingo eran mucho más altas que el viernes y en los libres no se pudo comprobar la duración de los neumáticos debido a la interrupción de las tandas largas por bandera roja.
A pesar de todo al final no hubo ni blistering, ni degradación, ni nada de nada. La carrera fue a una única parada y sin variedad de estrategias (salvo alguna excepción sin relevancia como Kvyat).
La cruz de la moneda esta vez fueron tanto el equipo Haas, como Sauber, Renault y Williams mientras que Force India se consolida en los puntos. Por su parte, Toro Rosso tiene cada vez más definido como número uno del equipo a Carlos Sáinz, mientras que Kvyat, de nuevo fuera de los puntos. Una situación parecida a la de Renault, que parecía que este GP podría ser bueno para ellos, al menos con Hulkenberg ya que Palmer sigue muy lejos del alemán.
Sin embargo, una sanción de cinco puestos en parrilla para Hulkenberg tras una buena clasificación y luego un toque en la salida con Grosjean y al final de la carrera con Magnussen dejaron al de Renault sin opciones.
Williams ha tenido un fin de semana para olvidar, Di Resta que sustituía a un indispuesto Massa poco pudo hacer con a penas unas vueltas de preparación en Q1 y con un monoplaza que se ha adaptado mal al trazado húngaro. Lo que de nuevo puede llenarles de orgullo, aunque no valga de mucho, es su rapidez en los cambios de ruedas, marcándose un doblete en esta carrera.
Como hemos visto una carrera con pocas estrategias y adelantamientos. La acción se concentró en la batalla entre Ferrari–Mercedes y también entre compañeros de equipo. Raikkonen acató las órdenes de mantenerse tras de Vettel y protegerlo de los ataques de los Mercedes, sacrificó su posible victoria por el bien del equipo (lo cual dice mucho teniendo en cuenta que lleva sin ganar desde el GP de Australia de 2013 con Lotus), lo cual quizás le valga la renovación.
Por su parte Bottas no podía con Raikkonen y dejó a Hamilton intentarlo. Sin embargo, el británico dijo que devolvería su posición a Bottas si no podía con los de rojo. Sorprendentemente así lo hizo en la última curva de la última vuelta, la distancia con Bottas ya era considerable puesto que el finlandés debía defenderse de Verstappen, pero Hamilton prefirió sacrificar esos puntos y el podio por demostrar que es un hombre de palabra.
No será hasta que esté todo decidido cuando sepamos si esos puntos que se ha dejado Hamilton o los que Raikkonen le ha regalado a Vettel habrían cambiado las tornas. Sin duda, una batalla de caballeros con la que nos despedimos hasta el próximo GP de Bélgica dentro de cuatro semanas.