Fórmula 1
Carlos Sainz y Ferrari: en busca de la gloria
El madrileño y la escudería italiana afrontan su primer año de unión con el propósito de reconstruir el equipo para volver a hacerlo ganador en el futuro
No es ningún secreto que Ferrari está en medio de un agujero negro muy complicado de superar. La escudería de Maranello se encuentra inmersa en una profunda crisis causada por catorce años de derrotas. Para un equipo con la histórica obligación de ganar, no hacerlo desde 2007 supone una tremenda losa y una presión asfixiante. La situación empeora al recordar lo sucedido el año pasado. En 2020 los de rojo vivieron un año nefasto, incluso humillante. Pasaron de los subcampeonatos conseguidos en 2017, 2018 y 2019 al sexto puesto en el mundial de constructores. De luchar con Mercedes a hacerlo con Alpha Tauri, un equipo con un presupuesto infinitamente menor. Solamente alcanzaron tres podios y ninguno se debió a las prestaciones del monoplaza, sino a las hazañas de Charles Leclerc y el azar sobre la pista. Las victorias, años atrás tan frecuentadas, se convirtieron en una utopía. Ni siquiera Sebastian Vettel, tetracampeón mundial, fue capaz de domar un coche que era absolutamente inconducible.
Este es el panorama al que va a tener que enfrentarse Carlos Sainz en su primer año en Maranello. No hay que olvidar que los inexistentes cambios reglamentarios no permitirán grandes evoluciones en el monoplaza. Incluso Mattia Binotto, jefe del equipo, ha indicado que el objetivo será la tercera plaza del mundial, aun siendo consciente de la dificultad que conllevará. Parece, pues, que el optimismo que se respira en el seno de la estructura italiana es escaso. Sin embargo, es necesario que no se hagan promesas que posteriormente no puedan ser cumplidas. La realidad actual es dura y para sobreponerse hay que afrontarla sin rodeos. Esa será la manera más eficaz de mejorar.
El objetivo: la reestructuración interna
Es triste decirlo, pero los resultados inmediatos no deberían ser la principal meta de Ferrari. 2021 será un año de transición para reestructurar un equipo con evidentes debilidades en su organización. Para ser campeones no basta con tener el coche más rápido, sino que también hay que funcionar como un reloj en cada una de las áreas. No es exagerado señalar que, en estos momentos, no hay ningún aspecto en el que Ferrari destaque positivamente. Si desean convertirse en un equipo ganador en 2022, si su propósito es aprovechar el cambio de reglamentación mejor que nadie, el trabajo interno que se lleve a cabo en 2021 será fundamental. Los errores de estrategia, los fallos de coordinación y los caminos equivocados en el desarrollo del coche deberán ser reconducidos para funcionar como una máquina bien engrasada, con la mirada puesta en una misma dirección.
Sainz y Leclerc: el binomio perfecto
He apuntado que Ferrari no destaca en ningún apartado. Bueno, eso no es del todo cierto. Hay uno en el que sobresalen indudablemente: la pareja de pilotos. Charles Leclerc y Carlos Sainz son, probablemente, la dupla más equilibrada y competitiva de la parrilla. Ambos ejemplifican la perfecta combinación entre juventud y experiencia. Tienen todo que demostrar y su ambición, su hambre voraz por triunfar y su deseo de evidenciar su valía pueden ocasionar muchas alegrías al equipo.
Sainz sabe que está ante la mayor oportunidad de su trayectoria en la Fórmula 1. El tren de Ferrari solamente pasa una vez en la vida y Carlos debe subirse a él totalmente focalizado y seguro de sí mismo. No ha llegado para ser el escudero de Leclerc y tiene que demostrarlo desde el primer minuto. Como ya se vio en el duelo entre el monegasco y Vettel, la jerarquía dentro de una escudería se pone de manifiesto en la pista, la verdadera vara de medir independientemente del estatus o el palmarés de los pilotos. La rivalidad entre Leclerc y Sainz, en caso de no desbordarse, puede impulsar al equipo hacia adelante, contagiando al resto de los trabajadores con su voluntad y energía.
Un sueño hecho realidad
La juventud de ambos hace pensar en un proyecto a largo plazo, algo absolutamente primordial para encontrar la tan ansiada estabilidad, históricamente uno de los principales requisitos para obtener el éxito en la Fórmula 1. Pero, por encima de todo, Sainz tiene que tener algo en su cabeza de manera constante: centrarse en disfrutar. Él mismo lo ha mencionado: «Correr para Ferrari es un sueño de la infancia hecho realidad«. Con el sueño cumplido, solo queda ofrecer lo mejor de sí mismo para dar muestras de su madera de campeón. No estará solo al volante. Todo un país le empujará cada fin de semana.