Fórmula 1
Charles Leclerc, ante el gran premio más emotivo y complicado del calendario
Este fin de semana, Charles Leclerc tendrá que hacer frente a uno de los grandes premios más complicados para él. No es el único, ya que para Pierre Gasly también será una situación similar. Ambos tienen en común la misma razón por la que este gran premio, está marcado en rojo en su calendario: el trágico accidente de Jules Bianchi en 2014.
5 de octubre de 2014. Diluvia sobre Suzuka. Con la gran parte de la carrera ya disputada y con la lluvia arreciando, Adrian Sutil sufre un accidente en la curva 7. Era la vuelta 42. Una vuelta más tarde, con el Safety Car en pista y una grúa retirando el monoplaza del piloto alemán, Jules Bianchi sufre una salida de pista, impactando contra la susodicha grúa. Tras 9 meses de lucha, Jules nos dejó para siempre un 17 de julio de 2015. Desde ese 5 de octubre, nada volvería a ser igual en la Fórmula 1, y desde ese 17 de julio, todo cambiaría para un grupo de pilotos muy apegados al francés.
Gasly, Alonso…son algunos de los ejemplos de pilotos que sintieron mucho la pérdida de Jules, pero nadie como Charles Leclerc. Charles y Jules tenían una estrecha relación: eran más que amigos, eran como hermanos. Se sentían parte de la familia del otro. Bianchi actuaba como el hermano mayor de un Leclerc que seguía sus pasos y sus consejos. Quizás por eso hayan tenido carreras tan similares el uno al otro: despuntaron en categorías inferiores, brillaron en la Fórmula 1 con monoplazas muy limitados y, aunque el destino se cruzó en el camino de Jules y no pudo permitirlo, pilotar con la Scuderia Ferrari, hito que sí podrá cosechar el monegasco Leclerc.
«Es un fin de semana muy difícil para mí. Jules me ayudó a llegar hasta aquí, pero era mucho más para mí. Era una gran parte de mi familia. Nunca antes había venido a Japón, y cuando hice el reconocimiento del circuito, fue muy emotivo. A pesar de todo, tengo que concentrarme. Aunque sea un gran premio muy difícil tengo que hacer el mejor trabajo posible» decía Charles.
Charles ha mostrado al volante ser un piloto valiente, inteligente y atrevido. Pero fuera de la pista, ha demostrado ser mucho más. Ha demostrado al mundo que es un luchador con una fuerza interior de la que muy pocos pueden tener el lujo de presumir y una madurez pasmosa a pesar de su corta edad. El monegasco perdió a su padre Herve tan sólo dos años después del fallecimiento de Jules. Sus dos pilares fundamentales, se derrumbaron en 2 años. Pero Charles siguió hacia adelante.
«Este año homenajeé a mi padre en Mónaco, pero para el año que viene estoy pensando en hacerlo también con Jules, tanto en Mónaco como en Japón. Este año, como ya utilicé un casco diferente en Mónaco y por regla no puedo utilizar otro, simplemente trataré de hacer que el público no se olvide de Jules» finalizaba Charles.
Este fin de semana Charles tratará de homenajear de la mejor manera posible a su querido amigo Jules con un buen resultado, pero parece que no sabe que ya honra al francés cada vez que se sube al Sauber y pilota de la manera en que lo hace. Porque seguro que Jules está mirando desde ahí arriba a Charles, y seguro que está más que orgulloso de lo que ha conseguido ‘su hermano pequeño’ y todo lo que le queda por conseguir. Porque la mirada de Charles, es la misma que la que tenía Jules. Porque Leclerc y Bianchi tienen mucho más en común de lo que jamás podrían llegar a imaginarse. Porque la estrella de Jules nunca se apagó, simplemente ahora habita dentro de Charles. Dicen, que sólo muere quien cae en el olvido, pues Jules jamás será olvidado. Jamás. JB17.