WRC
Citroen tiene la clave en el mercado de pases
Citroën goza en estos momentos de una posición interesante de cara al mercado de pilotos para el Campeonato Mundial de Rallyes en 2019. Todo dependerá de lo que consiga hacer en los próximos rallyes del calendario tanto con sus pilotos como con su máquina, el Citroën C3 WRC.
Durante las últimas temporadas, la marca de los chevrones ha estado por detrás rivales, habiendo provenido de un año sabático (2016) en el que sólo estaban presentes como equipo semioficial con dos coches gestionados por PH Sport, que irónicamente ha sido el año en el que más victorias han conseguido, todas ellas de la mano de Kris Meeke. A lo largo de ese año se centraron en desarrollar el C3
WRC, aprovechando la propia experiencia y los conocimientos del piloto británico quién también cuenta con una licenciatura en ingeniería.
Ahora bien, desde los primeros rallyes de la temporada 2017 el C3 WRC se mostró como un coche nervioso e inestable, lo cual perjudicaba de manera irremediable a sus prestaciones y sus resultados ya que las únicas victorias de la marca llegaron en México y España, donde Meeke mostró la mejor versión del equipo francés. Gracias a muchos meses de trabajo y desarrollo entre pilotos, mecánicos e ingenieros, el coche fue mejorando y con las mejoras introducidas este año (primero una nueva geometría de la suspensión trasera y ahora de la suspensión delantera) el coche es mucho más dócil que el presentando en enero de 2017.
Parte de este progreso se le atribuye al denominado ‘Efecto Loeb’, puesto que el piloto de Córcega tomó parte de una serie de test con el equipo en 2017, y su programa parcial de este año que a fin de cuentas repercuten positivamente en la moral de un equipo que se ha visto renovado con el regreso puntual del nueve veces campeón mundial. También supo pelear por las primeras posiciones en las dos pruebas en las que estuvo pese a tener poco rodaje con los World Rally Car actuales (Loeb es piloto de Peugeot en el Mundial de Rallycross actualmente), además de darle al equipo un feedback que vale su peso en oro.
Este trabajo se refleja en varios puntos: el primero de ellos es el rendimiento y las sensaciones del equipo, primero por lo que reflejaban tras el Rally de Estonia – que utilizaron como prueba previa al Rally de Finlandia. En Finlandia no sólo eran capaces de estar cómodos con el feeling del coche, sino que éste respondía de una manera más asequible a los cambios en los setups, en vez ser tan delicado como era antes. En definitiva, cada vez están más cerca de tener una máquina que les permita ser férreos candidatos a las victorias.
Este punto es vital para atraer a pilotos de primer nivel como Sébastien Ogier o Thierry Neuville, que actualmente son los dos principales contendientes al título y a su vez ambos son pilotos cuyos contratos expiran a finales de este año. Son opciones muy complicadas, puesto que Ogier está a gusto en M-Sport (tanto por ambiente de equipo como por los resultados en pista y el hecho de no tener tantos compromisos con eventos como ocurre con equipos oficiales) y no ha descartado la opción de retirarse. Por su parte, Hyundai Motorsport es casi como su propia casa para Neuville después de cinco temporadas en las que el equipo se ha ido compenetrando y mejorando en áreas donde tenían mucho margen de evolución al comienzo del programa.
En efecto, son muchos los pilotos que terminan contrato a final de esta temporada, siendo uno de ellos el cántabro Dani Sordo que está haciendo de 2018 una de las mejores temporadas de su carrera deportiva. El responsable del equipo, Pierre Budar, ha estado en contacto con muchos pilotos de cara a ver todas las opciones que puede llegar a tener en la mesa para la temporada 2019.
Sin embargo, de momento la casa francesa cuenta con Craig Breen y Mads Ostberg al volante de sus coches. El primero es un prospecto de futuro que ha crecido dentro del Grupo PSA, madurando hasta convertirse en uno de los jóvenes talentos actuales del WRC, que sin embargo sigue en búsqueda de la victoria después de varios podios logrados en situaciones difíciles, como fue el caso del Rally de Suecia este año. Ostberg, quien ya fue parte del equipo oficial hasta 2015, ha pasado año y medio como piloto privado (corriendo partes de la temporada 2017 con un Ford Fiesta WRC propio y su estructura familiar, Adapta Motorsport) antes de convencer a Citroën de que tiene lo necesario para pelear en sus filas. La confianza que depositaron en el noruego ha sido respondida de inmediato con un segundo puesto en Finlandia, enfrentándose a los Toyota en su propia casa.
La elección de pilotos de Citroën dependerá en gran medida del presupuesto que destine la casa matriz a su programa de carreras, pues ha de ser más generoso que este año si quiere atraer a gente del calibre de Ogier o Neuville. Sin ir más lejos, con más presupuesto para este año podrían haber repescado a Ogier, ya que estuvieron negociando con él durante varias semanas la pasada temporada. Este año es más que evidente el recorte de presupuesto, corriendo tan sólo con dos unidades en la mayoría de los rallyes de este año (son tres coches cuando compite también Khalid Al-Qassimi) mientras que el resto de marcas llevan tres coches a casi todos los rallyes, cuatro en ocasiones contadas – tres es un buen número ya que más coches implica llevar a cada rallye un aún más abultado número de piezas de repuesto, lo cual ya complica la logística y el presupuesto anual.
Las posibilidades del equipo de Versalles son bastante amplias en estos momentos, si bien dependen de que demuestren que el desarrollo del coche va en la dirección correcta (conseguido en parte gracias a Meeke, quien en estos momentos no tiene asiento oficial) y pueden pelear por el título para la próxima temporada y tentar al mejor piloto posible. Quedan cuatro rallyes para que acabe el año, cuatro oportunidades donde tratarán de estar al mismo nivel que en Finlandia o mejor.