Automovilismo
El Clásico del día: El Mercedes Benz CLK GTR
Si nos remontamos a la historia de deportivos de calle de Mercedes Benz, probablemente te venga a la mente el icónico alas de gaviota el 300SL.
Hasta aproximadamente principios de los 90, salvo en casos muy aislados, los grandes coches de competición de Mercedes, se basaban en alguna de sus grandes berlinas, a las que se les equipaba con uno de los motores más grandes de los que dispusiese la marca, como el 300 SEL 6.8 AMG.
La mayoría de los deportivos para calle de Mercedes, constaban de una carrocería contundente, y bajo el capó motores que hacía que modelos como del precioso y discreto W124, tuviese bajo el capó un brutal V8 de 6.5 litros y 445Cv, pasando por el motor de 7.3 litros montado en los modelos de los SL73 R129, motor que heredaría en el futuro el Pagani Zonda, y todo esto a principio de los 90
Estos modelos tenían algo en común, sobriedad estética. Y es que a presar de montar motores bestiales bajo el capó, salvo las llantas, más llamativas de lo normal y unos pasos de neumáticos más anchos de lo normal, nada llamaba la atención con respecto a sus compañeros de gama, si hasta tenían una simple salida de escape más que discreta, igual que ahora los fabricantes añaden salidas de escape falsas, para dar aspecto deportivo, y en los 90, apenas se las curraban, en fin, otra señal más de a dónde va el sector de la automoción y el, permitidme la palabra, «postureo”.
Pues bien, afortunadamente, hubo un modelo a finales de los 90, que destrozó los cánones de diseño de la marca. Ese modelo no fue otro que el Mercedes Benz CLK GTR.
Un modelo derivado directamente de la competición en la que participaba, y de la que heredó su agresiva estética.
Al igual que con muchos grandes vehículos de los años 90, el CLK GTR nació de la necesidad de Mercedes de competir.
Pero antes de llegar al superdeportivo, es importante tener una idea de lo que sucedió en la pista. Durante un período de cuatro meses en el invierno de 1996 a 1997, Mercedes construyó el CLK GTR. La idea detrás de la máquina era bastante clara: pelear de tú a tú con el McLaren F1 GTR en el Campeonato FIA GT. Mercedes batió todos los récords, ya que tardó tan solo 128 días en diseñar el CLK GTR y producir un competidor GT1 de clase mundial.
Curiosamente, Mercedes y AMG usaron un McLaren F1 GTR con fines de prueba. Y es que el fabricante alemán realmente adquirió uno de los modelos de la marca británica como una mula de prueba para su modelo de carreras. Esto puede parecer algo fuera de lo normal, en una marca con los recursos de Mercedes, pero fue la única forma para que el fabricante de automóviles pudiese construir la máquina en tan poco tiempo.
El modelo de carreras fue equipado por un motor V12 de 6.0 litros que generaba 600 caballos de potencia. Con el motor, la carrocería orientada a la pista y algunos pilotos con agallas, el CLK GTR ganó 17 de las 22 carreras en las que participó. Para la temporada del 98, el CLK GTR, con la ayuda del CLK LM, ganó todas las carreras en la temporada del Campeonato FIA GT.
Si embargo, debido al éxito de esto modelos, la categoría en la que competían poco a poco fue muriendo, fueron tan buenos en la competición que básicamente mataron a la clase GT1. Para la temporada 99, ningún otro fabricante puso interés en la clase GT1, consiguiendo así acabar con estas máquinas dignas de cualquier película de ciencia ficción y es que ir en contra de algo tan dominante puede ser desalentador.
La clase GT1 fue eliminada en el ’99, pero Mercedes todavía tenía que cumplir con la normativa que le exigía la FIA, y no era otra que crear las unidades de calle necesarias para obtener la homologación como modelo de carreras del CLK GTR, cosa que hicieron. El número oficial sobre cuántos modelos para la homologación del Mercedes que se construyeron está en el aire, pero estiman que fueron 26.
De estos modelos, 20 eran coupés de techo duro y seis eran roadsters. Como era de esperar, estos modelos era derivados directos del modelo de competición, y aunque pueda sonar contradictorio, eran más potentes y tenían motores más grandes que el modelo de carreras. En lugar del V12 de 6.0 litros, los modelos de calle estaban equipados con un V12 de 6.9 litros. La potencia para el V12 fue aumentada a 612CV. Sin embargo, algunos modelos equipaban un V12 de 7.3 litros aún más potente que rendía nada menos que 655 Cv, se le llamo CLK GTR Super Sport. Ese motor lo heredaría el Pagani Zonda.
Si bien el motor fue una de las principales razones para enamorarse del superdeportivo, la caja de cambios también fue uno de sus aspectos más destacados. El GTR de calle compartía muchas características iguales a las de su derivado de carreras, incluida su caja de cambios, lo cual puede suponer un problema ya que exige una revisión y reconstrucción cada 1000 kilómetros aproximadamente.
Y ahora hablemos de cifras que no sean su cilindrada o su potencia, pasa de 0 a 100 en menos de 4 segundos, se vendió con un precio cercano al millón y medio de euros, y su velocidad punta era de 321km/h, todo ello en 1998.
El CLK GTR era diferente a cualquier otro coche cuando salió y el V12 de Mercedes lo ayudó a ser especial. No es extraño que sigan alcanzando la siete cifras en las subastas.
Si os habéis quedado con ganas de saber más, os dejamos un pequeño documental sobre como se gestó este modelo.