Fórmula 1
El último Gran Premio de la era atmosférica
Cómo se vivió el último Gran Premio con motores V8 en la historia de la Fórmula 1 desde las tribunas.
Corría el año 2013 y me encontraba trabajando en el proyecto de expansión de la refinería de Cartagena como ingeniero mecánico. Ese mismo año, viendo el GP de Canadá investigue la posibilidad de ir personalmente a ver una carrera de Fórmula 1 por primera vez en mi vida, y como tal me di a la tarea de seleccionar el indicado, tanto por costos como por cercanía a Colombia, resultando ser el de Brasil, el último GP de la temporada.
Me decidí comprar las entradas para la tribuna G, la cual iba a lo largo de la recta opuesta y la cual según comentarios que leí en internet, era donde se podían apreciar mejor los rebajes de las marchas y algunos sobrepasos importantes. Adicional a esto, se contaba con 2 pantallas para ver en los puntos ciegos de la grada (ésta permitía ver prácticamente todo el circuito, excepto la recta principal cuya vista es obstruida por el muro de boxes) por lo que estaba asegurado el cubrimiento de todo el GP, sólo bastaba esperar la fecha para viajar.
Dado que mi llegada a Sao Paulo fue el jueves en la noche, no pude acercarme a reclamar las entradas al circuito, así que me apresure a buscar el hotel y al día siguiente lo más temprano que pude fui por mis tiquetes al hotel Transamérica. En ese hotel descubrí algo que me puso los pelos de punta: El Mclaren con el que Ayrton supo ganar bajo terribles
condiciones de pista en Donington superando a 4 adversarios en una épica primera vuelta en mojado, en un ya lejano 1993. Aquél McLaren estaba ahí, como esperando a su antiguo propietario 20 años después; y puedo jurar que sentí una energía al acercarme poco a poco al monoplaza, quizás esa misma energía que describen aquellos que estuvieron cerca a Ayrton antes de la largada de un GP cualquiera. Ese encuentro me distrajo lo suficiente como para perderme la primera sesión de entrenamientos libres, pero vamos ¡era el McLaren de Ayrton! Una oportunidad difícil de dejar pasar.
Una vez con mis entradas llegué a Interlagos bajo una lluvia leve, encontrándome con los resultados de una primera sesión pasada por agua, en la que Nico Rosberg lideró la tabla de tiempos, seguido de Lewis Hamilton y Sebastian Vettel en tercer lugar, no muy lejos de la punta. Ya en la segunda sesión experimenté el sonido abrumador de los monoplazas, que si bien ya lo había vivido en un roadshow de Red Bull en mi ciudad natal (Cartagena, abril del 2007), nunca me imaginé la escala de 5 o 6 monoplazas rodando al unísono en la recta opuesta y haciendo los rebajes hasta segunda marcha, cosa que nunca ví hacer a un f1 en vivo y en directo (por las obvias limitaciones de la vía pública). ¡Fue sublime!
La segunda sesión pasó a ser liderada por Nico nuevamente, seguido por los Red Bull. Después de ese despliegue de velocidad y ruido me fuí al hotel con una sonrisa de oreja a oreja, y con una ansiedad tremenda deseando que ya fuera sábado para ir al circuito a ver los libres 3 y la Clasificación. Esa noche me la pasé contemplando los videos de los monoplazas que grabé ensayando largadas en la salida de los boxes, tratando de mitigar la espera hasta el día siguiente.
Ensayos de largada. Jorge Martinez/Momento GP
Ese sábado desperté temprano y me alisté lo más rápido posible para salir con destino a Interlagos. Llovía profusamente en esa zona, lo que me hizo pensar que nuevamente que los Mercedes estarían arriba, pero para mi sorpresa los Red Bull dominaron una sesión un tanto quieta, dado que muchos equipos decidieron guardar neumáticos para lluvia, ante la probabilidad de que lloviera durante la carrera. Para los que estábamos en las gradas fue un poco decepcionante no ver tanta actividad en pista como el viernes, pero asumo que ya tenían suficiente información sobre el desempeño en lluvia como para salir a arriesgar con piso mojado la participación en la clasificación. Sin embargo, Jules Bianchi se hizo varias pasadas por la recta opuesta a gran velocidad para deleite de la tribuna, siendo además el motor más ruidoso de la parrilla el Cosworth que equipaba los Marussia.
Ya en la clasificación Vettel se hacía con la Pole con un tiempazo en mojado, dejando a Rosberg y a Fernando en segundo y tercer lugar, respectivamente.
Esa escala de ruido que experimenté a lo largo de 2 días prometía bastante para la carrera, en la que los Red Bull eran los claros favoritos para alzarse con la victoria el fin de semana, como lo demostraron junto con Sebastian Vettel a lo largo de toda la temporada y resaltada por la Pole Position del sábado. Interlagos le caía como un guante a las características de los Red Bull con curvas de alta velocidad y curvas cerradas, aunque la recta opuesta representaba un desafío para el motor Renault que equipaba el RB9. Sin embargo, los Mercedes y Fernando Alonso con su Ferrari les respiraban cerca. Si llovía en la carrera, había posibilidad para Nico, Lewis y Fernando de poder dar batalla a los hombres de azul.
Domingo, día de la carrera. Todo estaba listo para el último Gran Premio de era de los motores atmosféricos en la que un inspirado Sebastian Vettel largaría en primera posición, después de una emocionante prueba de clasificación en mojado. Por recomendación de algunas amistades que hice durante los días previos me fui lo más temprano que pude al circuito para poder asegurar un puesto al final de la recta opuesta, para poder disfrutar mejor de la pantalla y de los rebajes de los monoplazas. Al contrario del viernes y el sábado, amaneció seco y por consiguiente Red Bull tenía la ventaja.
A medida que se acercaba la hora de la carrera, la tribuna parecía un carnaval por la cantidad de personas disfrazadas, lo que traía un ambiente de fiesta muy agradable. Aparecieron luchadores de sumo, pokémons, propuestas de matrimonio a los pilotos, personajes de los Simpson, etc. hasta muñecas inflables!
Ambiente de Gran Premio. Jorge Martinez/Momento GP
Pronto llegó el inicio del GP, y a su vez la conciencia sobre la magnitud de lo que iba a suceder delante de mis ojos: La última carrera para Mark Webber, Paul di Resta y Massa con Ferrari en la F1 , así como la última vez que se escucharían tantos monoplazas con motor atmosférico en una carrera oficial de fómula 1 en su historia.
La largada, quizás el momento de más emoción durante el inicio de un gran premio se dió con un inspirado Nico Rosberg tomando el liderato en la largada, así como su compañero Lewis Hamilton le arrebató la 3° posición a Fernando. La emoción que sentí al escuchar a 22 monoplazas aproximándose a toda velocidad hasta la recta superó las expectativas que me hice durante las jornadas del viernes y el sábado. El ataque de los mercedes duró poco, ya que Lewis y Nico fueron superados por Fernando Alonso y Sebastian Vettel, respectivamente en la entrada de la primera curva al iniciar la segunda vuelta. De ahí en adelante Vettel se alejó prácticamente en solitario.
La carrera terminó con un merecido podio para Fernando y Mark Webber en su despedida de la competición (junto con una caida en el podio durante la celebración con champaña), así como una cómoda victoria para Sebastián y su Red Bull, que dominaron la categoría en el 2013 proclamándose campeones de constructores y de pilotos varias fechas antes de que acabara el campeonato.
Para mí fué una de las experiencias más agradables que jamás he tenido y sin duda como aficionado me siento privilegiado de estar ahí en la última carrera de la “era atmosférica”, que se extendió desde 1989 hasta el 2013 y que muchos aficionados extrañan. Pienso en lo personal que la fórmula 1 debe ser un escaparate tecnológico, en la que la tecnología es la columna vertebral de este deporte. La tendencia en tecnología motores es el downsizing, empleando turbocompresores para mantener la potencia y mejorando la eficiencia de la parte térmica y mecánica. Lamentablemente mejorar la eficiencia implica reducir los desperdicios de potencia y el ruido es una forma de desperdiciar la energía.
Sin embargo, aún es posible hacer algo por el ruido, si y sólo si la FIA abre la mano y es eliminando el límite de flujo de combustible, con lo cual los motores puede subir a más RPM y mejorar un poco más el tema del sonido, caso de otras categorías que comparten la misma arquitectura, como la IndyCar con motores V6 turbo y la extinta Champ Car con motores Cosworth V8 turbo, ambas categorías no tienen límite de flujo de combustible y sus motores producen un sonido agradable a los amantes del motor.