Indycar
Se complica la llegada de Fernando Alonso a la IndyCar
Se complica la llegada de Fernando Alonso a la IndyCar tras los encontronazos en el pasado entre el piloto asturiano y Honda. Pese a que el brazo norteamericano de Honda (HPD) es independiente del fabricante de motores para F1, esto no parece suficiente para salvar el veto que la compañía japonesa quiere imponer al equipo gestionado por McLaren en la IndyCar.
La relación entre McLaren, Fernando Alonso y Honda ha sido compleja desde el primer momento. La falta de fiabilidad, y la consiguiente escasez de potencia motivó reproches mutuos en el pasado. El equipo británico acusaba a Honda de no saber desarrollar la unidad de potencia y los nipones acusaban a McLaren de ser demasiado exigentes. El futuro de Alonso en tierras norteamericanas se presenta muy complejo. A simple vista, el paso fácil sería el de montar motores Chevrolet, debido a que cualquier acuerdo con Honda podría poner en peligro su contrato con Toyota en el WEC, el cual le ha dado muchas recompensas en pista.
Nadie duda del talento de Alonso, de hecho, seguramente sea el mejor piloto de su generación. Pero el hecho de que haya estado involucrado indirectamente en casos como el «spygate» o el «crashgate» no invitan a que los equipos punteros de la F1 le den asiento. Recientemente, Christian Horner, declaró que habían pensado en Alonso muchas veces, pero que no terminaban de contratarlo por que tendía a “causar el caos allá donde va”. Estas palabras tan duras fueron desmentidas tajantemente por Fernando Alonso, que incluso dijo que Red Bull le ofreció un asiento este mismo año.
Por tanto, a las ganas de Alonso de competir de nuevo en la IndyCar se le suma en contraposición la negativa de Honda para que Fernando monte sus motores. La salida del piloto asturiano sería la de convencer a Honda (peligrando así su acuerdo con Toyota), montar un motor Chevrolet o competir en la NASCAR, una competición en la que sus organizadores estarían encantados de recibirle.