Fórmula 1
Gracias, papá, por hacer que ame la Fórmula 1
Gracias papá por enseñarme en aquella temporada los monoplazas más rápidos del mundo sobre un circuito. Gracias por explicarme con todo detalle los entresijos técnicos de este maravilloso deporte. Gracias por levantarme de la cama para ver esas carreras que se disputaban de madrugada. Gracias por llevarme a un trazado para quedarme impresionado viendo a esos pilotos con sus coches en directo.
Todos los padres hacen lo que sea por su hijo, y eso es algo que demuestras cada día, pero una de las cosas que más nos une es nuestra pasión por la Fórmula 1, una pasión que será tan fuerte como ese amor propio entre ambos. Por todo ello nunca podré parar de decir gracias.
Los recuerdos de la categoría máxima del automovilismo quedarán grabados en mi memoria, al igual que todas las anécdotas vividas viendo esos bólidos a más de 300km/h en la televisión todos los viernes, sábados y domingos, ya que era casi imposible no ver cada una de las sesiones del fin de semana de competición.
Muchas de ellas son buenas, como el primer recuerdo que conservo de ello, con tan sólo cuatro años, viendo a un asturiano con un monoplaza francés aguantando a un siete veces campeón del mundo en el circuito de Imola, o disfrutando de los dos mundiales del español.
Otros no son tan buenos, como aquel trágico 2007, o ambos Grandes Premios finales en 2010 y 2012 respectivamente, en los que otro alemán se coronaba como campeón. También se recuerdan momentos como aquellos en los que no podíamos contemplar la carrera en directo y siempre la veíamos en diferido con la misma ilusión.
Insistiendo, es imposible agradecer todo lo que hace un padre por sus hijos, y una de las mejores cosas que has hecho ha sido la de mostrarme un mundo maravilloso como es el del motor y la Fórmula 1, del cual espero no separarme nunca, al igual que de ti.
Todas estas palabras van dedicadas hacia aquellos padres que han enseñado a sus hijos una de los mejores cosas de esta vida , al igual que ellos lo son. Por ello, el término gracias se queda corto, pero es el único existente para intentar trataros como os merecéis, y de nuevo digo:
¡GRACIAS POR TODO PAPÁ!