La evolución de McLaren-Honda

La alianza McLaren-Honda ha sido probablemente la gran decepción del año. Comenzó en febrero siendo el equipo que menos kilómetros consiguió rodar y con un rendimiento bastante pobre, sólo por delante del Sauber. El culpable no era otro que Honda, que con sus incontables roturas y su gran déficit de potencia impidió el correcto desarrollo de la parte aerodinámica que le corresponde a McLaren.

El inicio de temporada fue tan desastroso que McLaren ha sido el último equipo en puntuar este año. En las primeras carreras, la escudería británica siempre tenía un coche que no pasaba de Q1. Fue en los Grandes Premios de España y Mónaco donde se empezó a ver el verdadero progreso. En el primero, Fernando Alonso realizó una fenomenal vuelta para entrar en Q3 y una aún mejor para colocarse séptimo en la sesión definitiva. En el segundo, ambos McLaren consiguieron pasar a Q3, pero luego abandonaron en carrera.

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Los primeros puntos llegaron en Azerbaiyán. Curioso, si tenemos en cuenta que es el único circuito en el que ambos McLaren cayeron en Q1. Eso sí, fue gracias a una carrera caótica con seis abandonos, que permitieron a Alonso ser noveno. No fue hasta Hungría cuando se comprobó realmente el potencial del chasis. Fernando y Stoffel entraron en Q3 y puntuaron, dejando claro que aunque el déficit se reducía paulatinamente, el mayor problema seguía siendo el motor.

Algo parecido sucedió en Singapur, un circuito donde, como en Hungaroring, la importancia del motor disminuye. De nuevo ambos estuvieron en Q3, pero sólo puntuó Vandoorne, dado el accidente en el que se vio involucrado Alonso en la primera curva cuando se había puesto tercero.  Desde entonces, el McLaren se ha mostrado como un pretendiente serio en la lucha por puntuar y probablemente tenga el sexto paquete más competitivo detrás de Force India y Renault.

Si analizamos los números, el equipo de Woking empezó la temporada con un déficit del 2,7 % en la Q2 de Australia. Desde entonces se ha ido reduciendo la diferencia, con pequeños altibajos hasta la clasificación de Austin, donde el McLaren presentó un tiempo equivalente al 102 %, es decir, una mejora de aproximadamente un 0,7 % respecto a Mercedes. Se trata de una evolución realmente importante y nada sencilla, dado que todos tienen la oportunidad de mejorar.

Sin embargo, esto es sólo en clasificación, el punto fuerte de los ingleses. En carrera, las diferencias se acentúan. Al menos uno de los McLaren se ha librado de ser doblado sólo en Bakú, Hungría, Bélgica y Singapur. En Australia, Vandoorne fue el McLaren más rápido en carrera con un tiempo 2,9 segundos más lento que la vuelta rápida de Vettel. Eso significa que el déficit asciende al 3,4 %. Alcanzó el pico más alto en el siguiente Gran Premio, en China, donde el déficit fue del 4,3 %. A partir de entonces, las diferencias se han mantenido en torno al 3 – 3,5 % salvo los espejismos de Montmeló, donde la vuelta más rápida de Alonso se quedó a sólo tres décimas del mejor tiempo, un 0,36 % y Hungría, donde se hizo con la vuelta rápida.

No obstante, desde Singapur hasta Suzuka, el giro más veloz que ha conseguido dar un McLaren se ha encontrado de nuevo dentro del 102 % de la vuelta más rápida de carrera, lo que supondría una mejora de más del 1 % respecto al inicio de temporada. De hecho, en el Gran Premio de Japón, Vandoorne se acercó a medio segundo de la vuelta rápida, un tiempo que muestra un déficit de sólo el 0,62%. En Austin, las diferencias se acentuaron y el monoplaza inglés se encontró con un lastre del 2,6 %, un porcentaje que nos deja una mejora del 0,8 % desde el comienzo de la temporada.

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En resumen, McLaren ha progresado, pero su temporada se ha visto condicionada por el pésimo inicio de temporada. De haber mantenido este rendimiento desde principio de temporada, probablemente estarían luchando por ser el quinto equipo al final de temporada en vez de ser novenos.