Los frenos, los grandes protagonistas en Mónaco
El fabricante italiano de frenos Brembo ha elaborado un interesantísimo estudio sobre la importancia de la frenada en Mónaco, uno de los circuitos más difíciles y exigentes del calendario, donde los frenos cobran una relevancia máxima. De hecho, para la multinacional transalpina ofrece al trazado monegasco una puntuación de 7 sobre 10 en cuanto a exigencia, la máxima puntuación otorgada para la Fórmula 1, junto a Hungaroring, Sepang y Montmeló.
Así, Brembo estima que en toda la carrera y, debido a la peculiar estructura de su trazado, donde los pilotos pasan a escasos centímetros de las barreras, se pueden llegar a producir un total de 940 frenadas por cada monoplaza.
Unas frenadas que, si bien no son intensas sí que son bastante prolongadas. De hecho, se ha cifrado que en el GP de Mónaco los pilotos usan los frenos al menos 16 segundos por cada vuelta lo que representaría nada menos que un 23% de la duración total de la carrera.
En concreto, se calcula que, a pesar de ser uno de los circuitos más cortos del calendario, con tan sólo 3.337 metros, es el trazado que más frenadas requiere, un total de 12, frente a las 5 que, por ejemplo, se dan otros circuitos también duros como el Gilles Villeneuve de Montreal.
Desde la salida hasta el momento de caer la bandera a cuadros, los técnicos de Brembo han calculado que cada piloto aplicará una fuerza total de 116 toneladas sobre el pedal del freno o, dicho de otra forma, los pilotos tendrán que hacer más de 1.050 kg de fuerza sobre el pedal del freno por cada minuto de carrera.
Esto provoca un exceso de calor que produce un efecto bastante peligroso sobre los frenos, llamado Vapour Lock, que consiste en que el líquido de frenos llega a hervir, perdiendo su eficacia y poniendo, por tanto, en serio riesgo la seguridad de los pilotos.
Por este motivo, Brembo ha traído a Mónaco una nueva generación de frenos, en los que se ha producido un importante aumento de los orificios de ventilación para los discos, que ha pasado de los 1.200 a 1.400.
Un amplio abanico de frenadas
Hay una gran variedad entre las 12 frenadas que, como digo, se generan en Mónaco, hasta el punto que Brembo ha llevado a cabo una especie de ranking, de modo que hay una clasificada como difícil siete como de mediana dificultad y sólo cuatro podrían considerarse como ligeras.
La apurada de frenada más fuerte es la que llega tras el Túnel, en la llegada a la curva 10, donde los monoplazas pasan de los casi 290 km(h a tan sólo 90 en apenas un par de segundos (en concreto, 1,98). Una auténtica barbaridad, habida cuenta que los coches apenas necesitan 56 metros, generando una deceleración de 4,7 g, que obliga a los pilotos a aplicar una fuerza de 155 kilogramos sobre el pedal del freno.
Una frenada similar, aunque menos intensa, es la que sienten los pilotos al llegar a la mítica Mirabeau, en la curva 5 del circuito, donde los monoplazas reducen en algo más de dos segundos de 235 kms/h a 80, donde se llega a experimentar una fuerza de 4,2 g y los pilotos también han de aplicarse a fondo sobre el pedal del freno, con una fuerza de casi 150 kilogramos.).
Por el contrario, la frenada menos intensa se produce en la conocida como «S» de Ste. Devote, la curva más rápida del circuito, que permite afrontarla a una velocidad de casi 120 km/h, lo que precisa de una frenada mucho más corta, de apenas 1,72 segundos.