Los secretos que esconde Tesla en el Model S

En el mercado del automóvil estamos acostumbrados a ver modelos que comparten plataformas y motores unos con otros, tanto dentro de la misma firma, como en acuerdos que tienen unas con otras. Este hecho permite a las marcas ahorrar miles de millones en desarrollos de elementos que, de otra forma, elevarían el coste del vehículo hasta límites en los que no serían rentables. 

Tesla, aún siendo una compañía que busca despuntar frente a la competencia, también se ha visto obligada a recurrir a esto, con el objetivo de abaratar costes y de que su Model S tuviera la acogida que ha tenido. Sin embargo, estos componentes que ha solicitado a otras empresas mucho más potentes no son destacables a la hora de analizar el funcionamiento de su modelo.

Tesla

De esta forma, la estrategia que ha llevado Tesla a la hora de no desarrollar componentes más triviales, aunque estos necesitan inversiones millonarias también, le ha permitido dedicar más tiempo y dinero a constituyentes más importantes de su vehículo que han logrado diferenciar y singularizar el producto final (diseño, baterías, conducción autónoma, seguridad…).

Ha sido Bozi Tatarevic quien ha averiguado la procedencia de algunas piezas del Model S, como ya ha hecho en varias ocasiones con otros modelos.

Para empezar, la primera colaboración a enumerar ha sido con nada menos que Mercedes-Benz, y no ha sido escasa. Este hecho no es de extrañar ya que en 2010 Daimler tenía una participación en el capital de Tesla. Concretamente, el pomo del cambio automático, el mando de los intermitentes y limpiaparabrisas, la columna de dirección, los elevalunas eléctricos y los ajustes de los retrovisores han sido montados en modelos de la casa alemana en los últimos 10 años, y  originales casi todos ellos del Mercedes Clase C de 2008. Obviamente, Tesla habrá adaptado todos estos elementos a su modelo, pero el diseño inicial es de Mercedes-Benz.

En cuanto a los frenos, Tesla recurrió, como tantas otras marcas premium, a Brembo para las pinzas de los frenos delanteros. El diseño de estas pinzas en el Model S es muy parejo al que usó el Chevrolet Camaro SS de 2010. Y respecto a las pastillas de frenos, son comunes a muchos modelos que han solicitado a Brembo, como por ejemplo el Subaru WRX STI.

Respecto a la climatización, Tesla ha utilizado el módulo HVAC (Heat, Ventilation Air Conditioning) que Kia montó en el Optima comercializado en 2011. Asimismo, otra importante colaboración de Tesla ha sido con otra marca también estadounidense, Ford, de la que ha aprovechado el pedal del acelerador (del Fusion, la versión local del Mondeo), y el módulo de luz de freno (también del Fusion de 2006, pero usado incluso en el Ford GT).

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Para finalizar, cabe destacar que la dirección asistida eléctrica que monta el Model S, proviene del fabricante alemán ZF, y es derivada de la que usa el actual Range Rover Evoque, aunque con variaciones debidas a la diferencia de dimensiones de ambos vehículos. Y por último, Bozi descubrió que el motor del limpiaparabrisas está sacado de un camión Kenworth T800.

Como se puede observar, Tesla no ha escatimado en hacer amigos durante los últimos años de cara a poder desarrollar un producto único y tan completo como es el Model S.