Fórmula 1
Mclaren y el poder de los sueños frustrados con Honda
La unión Mclaren-Honda finalizó en el mes de octubre. Tres años de sufrimiento intenso donde el entendimiento a la hora de realizar un coche competitivo nunca llegó a buen puerto. Las mejoras que prometían desde la marca japonesa eran puro espejismo. El motor no carburaba, a contracorriente desde 2015, con prisas, con agobios, abandonos y a veces tonos de voz mas alto de lo normal. La paciencia tiene un límite y en Woking ya habían aguantado demasiado.
Ver a una escudería legendaria, prestigiosa, campeona del mundo y con dos pilotos magníficos arrastrarse por los circuitos o incluso sin llegar a tomar la salida ( Alonso en el GP de Rusia) porque el motor no tenía fiabilidad, daba pena.
No solo dentro del equipo, también fuera. Compañeros, otras escuderías, aficionados e incluso Berni Ecclestone deseaban que Mclaren volviera a ser lo que era, al lugar que se merece. Si la fiabilidad en Honda ya les traía quebraderos de cabeza, eso de la potencia en un motor no aparece registrado en su vocabulario. En vez de progresar, retrocedían. Solo el chasis de Mclaren se salvaba y gracias a esto y a las manos de los dos pilotos que hacían maravillas para luchar por un punto con sabor a «oro» han conseguido acabar delante de otra escudería en 2017 en el mundial de constructores. Una auténtica proeza, aunque parezca mentira.
Honda, ha confirmado la salida del hombre al que se le achacan todos los problemas. Hasegawa cierra la puerta. El jefe de Honda en la F1, aquel que daba la cara a los malos resultados dice adiós. Temporada nueva, equipo nuevo y gente nueva. Savia fresca para lavar su imagen, si en el futuro quieren ser el suministrador de las grandes marcas y darles lo que piden: ganar campeonatos de F1.
«Alivio, sí. Es bueno concentrarnos en la próxima temporada. Puede que no nos creáis, pero no creo que McLaren-Honda tenga un problema humano. Tenemos una relación muy buena con McLaren», ha comentado Hasegawa en declaraciones para Motorsport.com. En Fórmula 1 la presión es constante. Toro Rosso no le va a exigir acabar en podio como lo hacía Mclaren, incluso ni estar en el top 5. Su lucha será la de acabar carreras y entrar en el top 10, la zona de puntos. El final de esta temporada ha ido mejor y al menos se ha visto una mejoría clara en la fiabilidad del motor que tendrá una evolución para 2018, puesto que ya estaban en marcha antes del nuevo anuncio con los de Faenza. «Confío bastante en trabajar con Toro Rosso, es emocionante. No planeamos modificar el concepto del motor, así que, hemos empezado ya el desarrollo de motor del próximo año, no es una gran diferencia en realidad para nuestro grupo de desarrollo» ha añadido el japonés.
Ahora, les toca demostrar si de verdad pueden fabricar un motor de garantías, no sólo para Toro Rosso. El objetivo es que los grandes tomen nota por si en el futuro pueden trabajar juntos. A veces un paso hacia atrás te permite dar dos hacia adelante, veremos si esto le ocurre a Honda.