Fórmula 1
La Sagrada Escritura, ‘El pentacampeonato’: la fe de Hamilton y los cinco pecados capitales de Vettel
Como si de un puro pasaje de la Biblia se tratase. El bien contra el mal. El plateado contra el rojo. El inglés contra el alemán. Hamilton contra Vettel. Y al llegar al decimoséptimo libro de esta Sagrada Escritura llamada ‘El pentacampeonato’ observamos a un feligrés angelical llamado Lewis al que la fe le ha llevado a estar donde está, y donde el diablo rojo llamado Sebastian se ve en una situación más que complicada a causa de sus cinco pecados capitales. Continúen leyendo estos versículos y verán cómo han llegado a la próxima cita del campeonato ambos antagonistas…
Lewis Hamilton ha llegado este jueves al paddock de Japón tranquilo, muy tranquilo. Sosegado. Con la seguridad de estar haciendo las cosas bien. Tan sumamente bien que llega a Suzuka con una ventaja de 50 puntos sobre su máximo rival por el campeonato de pilotos, Sebastian Vettel, que ha llegado al circuito nipón con una falsa sonrisa y una falsa esperanza en su cabeza, la de conseguir en Abu Dhabi el campeonato. Pero el inglés no descansa un ápice.
Ya experimentado, curtido en mil batallas y curado de espanto, sabe que la Fórmula 1 es un deporte cruel y amargo, donde lo que ayer era blanco, hoy es negro, donde todo puede cambiar en un segundo. El de Stevenage, el Hamilton más Hamilton que nunca, rebosa confianza, seguridad en sí mismo, ganas de superarse y ganas de ser el mejor de todos los tiempos. Este fin de semana, tiene en su mano (y en el azar) su primer ‘matchball’ para hacerse con el quinto título de campeón. La fe de Hamilton.
El inglés volvió de vacaciones con el objetivo de llegar a la parte final del campeonato por delante de Sebastian Vettel, quienes van en búsqueda de su ‘pentacampeonato’, pero una serie de circunstancias varias han permitido al piloto de Mercedes llegar a la cita de este fin de semana con medio centenar de puntos de colchón. 50 puntos, una distancia muy cómoda, prácticamente insalvable y que le van a permitir a Lewis y a la marca de la estrella gestionar el final de temporada de una manera mucho más relajada de lo que tenían en mente. Esa serie de ‘circunstancias varias’ tienen nombre y apellidos: los errores de Sebastian Vettel. Los 5 pecados capitales de Vettel.
Nadie puede negar que el estado de forma de Lewis Hamilton es pletórico. Magnífico. Espectacular. De los que motivan a una persona a ver una carrera por el simple hecho de decir «a ver qué inventa hoy Hamilton». Y nadie puede negar que el estado de forma (y el anímico, el que más pesa) de Sebatian Vettel y de Ferrari es todo lo contrario. En Maranello están apegados. Desosegados. Desmotivados. Han tirado la toalla. Por mucho que digan que «el campeonato es posible» o que tienen «un plan para hacerse con el campeonato» o que las nuevas pegatinas de Philip Morris «incentivan al equipo a seguir luchando», no es así. Puede ser, pero no lo parece. O al menos no dan esa sensación. Dos polos opuestos.
En Rusia, todo era impotencia: se puso de manifiesto la imposibilidad de Ferrari de superar a Mercedes. Y si a eso le unes el pensar en todos los errores del piloto alemán a lo largo de la temporada, los de estrategia, que Hamilton lleve cinco de seis carreras ganadas y que encima diga que «no presto atención a los errores de Vettel» y únicamente se concentra en «mejorar y hacerse más fuerte» entonces la herida se agranda y duele. Mucho.
Porque si lo de Vettel son 5 pecados capitales, lo de Hamilton un claro acto de pura fe y el pentacampeonato la sagrada escritura que estamos viviendo, el Japón se da la tormenta perfecta. Después de los errores del alemán en Azerbaiyán, Francia, Austria, Alemania e Italia (siendo estos dos últimos los más dolorosos para Sebastian y para Ferrari respectivamente) va Hamilton y dice que no presta atención alguna a los errores de su máximo rival, todo un cuatro veces campeón del mundo.
Y por si fuera poco, asegura que no para de mejorar. Que quiere más. Que quiere ser el mejor. Que quiere mejorar todos sus puntos débiles y maximizar los fuertes a base de trabajo. Pues eso merma aún más las esperanzas del los italianos y de hacerse con el título de campeones del mundo. Se enfrentan a todo un ente angelical aún por mostrar su máximo nivel. Y no es que tengan que igualarle, es que tienen que superarle, ganar absolutamente todas las carreras restantes y rezar porque este ‘angelito’ falle.
En Japón se dará la tormenta perfecta, que comenzó allá por abril y que se ha acentuado después de verano, donde el tifón Hamilton ha arrasado por Europa, Asia y Oceanía, y que nada tiene que envidiar del tifón Trami que este fin de semana azota al ‘país del Sol naciente’. Promete ser un fin de semana excitante, en el que veremos si de nuevo la fe de Hamilton se impone sobre el resto de fieles, si Vettel termina de perder sus opciones con un nuevo pecado capital…o si por el contrario, esta profecía aguantará dos semanas más. El domingo, el día del señor, saldremos de dudas.