Entusiastas del pasado
¿Podría convertirse la renovación de Hamilton en un nuevo caso Damon Hill?
Hoy, recordamos los frustrados intentos de renovación de Damon Hill y Nigel Mansell con Williams tras coronarse campeones del mundo.
La actuación de George Russell el pasado domingo en el Gran Premio de Sakhir no ha dejado indiferente a nadie. El británico, tras haber pasado penurias durante este último año y medio con un Williams del que ha sacado petróleo hasta casi rozar los puntos con la yema de los dedos, se recuperó ayer de dos contratiempos ocasionados por un error garrafal de Mercedes en boxes y un pinchazo en la rueda trasera para realizar unos adelantamientos de escándalo y lograr tres puntos realmente agridulces.
Del infierno al cielo y viceversa: George Russell llama a la puerta de Mercedes
George tiene mentalidad de campeón. Y en Mercedes lo saben. Por otra parte, se ha de tener en cuenta un factor realmente importante: Lewis Hamilton aun no ha renovado con la escudería germana.
La soberbia actuación de George en el trazado externo de Sakhir puede abrir muchos debates internos en las arcas de Brackley, ya que, si bien recordamos, si Hamilton aun no ha renovado es porque exige un aumento salarial para continuar liderando las flechas plateadas al que podría ser su octavo mundial de constructores seguido. Teniendo el cuenta el bajo salario de George, y las desorbitadas cifras que podrían figurar en el contrato de renovación de Lewis… ¿podría plantearse Mercedes no renovar al heptacampeón?
A día de hoy, puede sonar realmente descabellado pensar en no renovar a un piloto que forma, junto a su equipo, un binomio letal que lo ha coronado campeón (hexacampeón en su caso, sin contar su primer título que logró con McLaren). Sin embargo, echando la vista atrás en el tiempo… podemos recordar a un jefe de equipo que no renovó a dos pilotos que habían llevado su coche a la cumbre del paddock, logrando tanto el campeonato de pilotos como el de constructores. Y ese legendario y carismático jefe de equipo no es otro que Frank Williams.
Solo hay que echar la vista atrás y recordar lo sucedido en las temporadas 1992 y 1996. En 1992, Nigel Mansell se alzaba con un campeonato que dominó de principio a fin de manera demoledora. Sin embargo, las cosas no iban tan bien fuera de la pista como dentro de ella. Ayrton Senna se ofreció a correr gratis para la escudería británica en 1993, algo que propició que Frank Williams ofreciera a Mansell un contrato en el que se estipulaba un salario de cinco millones de libras (por aquel entonces, el león cobraba 10).
Después de meses de negociaciones infructuosas, a falta de tres carreras para el final y ya habiéndose coronado campeón, Mansell tiró la toalla y anunció que dejaba la Fórmula 1 y se marchaba a América. Finalmente, los elegidos para ocupar los dos asientos en 1993 serían Damon Hill y Alain Prost, que a su vez puso como condición no tener a Senna de compañero. El brasileño, en consecuencia, no tuvo más remedio que quedarse un año más en McLaren.
La salida de Nigel Mansell de Williams después de que las negociaciones con el equipo de Grove fracasaran causó mucho revuelo en el paddock. Sin embargo, nadie imaginaba que, cuatro años después, Williams sería testigo de un caso parecido, o incluso más impactante.
En 1996, Damon Hill se alzó con el título mundial tras una larga temporada en la que se jugó el título contra su compañero, el por aquel entonces novato Jacques Villeneuve. El hijo de Gilles perdió el campeonato en la última carrera por una tuerca mal puesta en Suzuka, y Damon se coronó como campeón del mundo. El británico solicitó una subida de salario, y Frank Williams se mostró firme diciéndole que no, por lo que Hill tuvo que abandonar la escudería y defender su título en Arrows, una de las peores escuderías por aquel entonces, con la que solo pudo sumar 7 puntos el año siguiente.
Tras el Gran Premio de Turquía, Lewis Hamilton dejó claro que quería continuar en Mercedes y que había mucho trabajo que hacer… ¿pero a qué coste? Respecto a Russell, Toto Wolff dejó claro que no sería su última oportunidad de ganar un Gran Premio, y que acababa de nacer una estrella. Hoy, en otra entrevista, el director del equipo Mercedes ha dicho que el joven británico, debido a su alta estatura, tenía heridas en todas partes tras llevar al límite un monoplaza en el que a duras penas entraba.
Si ha sido capaz de hacer algo así en Baréin con un coche en el que ni siquiera cabe… ¿qué podría hacer Russell si, durante todo un invierno, adecúan un Mercedes a sus necesidades físicas? ¿Sería capaz de rendir a un nivel parecido a un piloto que ha sido capaz de dar seis campeonatos a Mercedes? Estas preguntas, por ahora, son una total incógnita, al igual que la renovación de Lewis. Lo único que está claro es que Russell tendrá otra oportunidad de ganar subido a un Mercedes. ¿La fecha? Una incógnita. Pero llegará. Y vaya que si llegará.