Técnica
RB14, la nueva bestia de Adrian Newey en detalle
Red Bull Racing ha optado de nuevo por presentar su monoplaza de forma digital, lo que no nos posibilita obtener todos los detalles que desearíamos para realizar un minucioso estudio del mismo. A pesar de ello, desde Momento GP trataremos de realizar un esfuerzo para haceros llegar los cambios más destacables respecto a su predecesor, el RB13.
Desde el punto de visto no técnico, el aspecto más destacable es su nueva decoración con diversas tonalidades azules que, de forma parecida a lo que hace el camuflaje “Dazzle”, impide que se vea con claridad detalles de su diseño.
Dentro del reglamento para la temporada 2018 destacan 5 cambios que han obligado a modificar el diseño del monoplaza respecto al del año pasado:
- La eliminación de los elementos aerodinámicos conocidos con los anglocismos “Upper T-Wing” y “Monkey Seat” que, aunque en sí mismo no generaban muchos puntos de carga aerodinámica, ayudaban a redirigir el flujo de aire que circula hacia el alerón trasero y así mejorar su rendimiento.
- La introducción del dispositivo de seguridad Halo, cuya masa es de aproximadamente 7 kg y que, debido a su alta posición desplaza ligeramente el CDG y altera de forma severa el flujo de aire. Sus puntos de fijación al chasis han visto aumentada su sección respecto al probado en los tests de 2017, probablemente por los exigentes estados de carga a los que se ve sometido.
Aunque este elemento ha sido presentado inicialmente sin sufrir ninguna alteración aerodinámica, por reglamento el Halo tiene un margen de ampliación de hasta 2 cm para ayudar a reducir la resistencia al avance que genera. Estoy convencido de que pronto llegarán soluciones llamativas.
- La obligación de usar una cubierta motor sin aleta de tiburón, la cual permitía separar el flujo proveniente de la parte delantera y así evitar su desprendimiento tras atravesar la admisión.
- La limitación en 5 mm del cambio de altura del monoplaza, hecho que siempre ha beneficiado a Red Bull en la creación de carga aerodinámica para mejorar el paso por curva y la frenada.
En relación a los amortiguadores destaca la forma curva que toman los trapecios superiores en su aproximación al chasis, obteniendo además forma de ala invertida y una posición más elevada. Esto cambia por completo la geometría del sistema de amortiguación delantero.
Además de estos cambios impuestos por la nueva regulación, debemos destacar otros aspectos aerodinámicos de este monoplaza…
En lo que respecta al alerón delantero, los de Milton Keynes continúan con el mismo concepto de alerón, aunque añadirán o quitarán flaps en función de la carga aerodinámica en el circuito. Lo mismo ocurre con los «badgeboards». Si algo funciona, para qué cambiarlo, ¿verdad?
El cambio más significativo tiene lugar en la zona de los pontones y de las tomas de refrigeración. En busca de una mejora en el reparto de peso y en la refrigeración se ha situado la toma más hacia atrás, siguiendo la filosofía de Ferrari. Además, dicha toma ha incrementado su altura gracias a la bajada en altura y retraso de la estructura de impacto lateral, lo que posibilita la entrada de más cantidad de aire limpio y permite reducir el área de la misma.
Por último, otro hecho que llama la atención es la elevada estrechez de la parte inferior del pontón desde el inicio del mismo, lo que permite controlar el flujo para que vaya pegado al suelo. Esto incrementará el rendimiento del difusor trasero al favorecer la succión de aire, lo que permitirá crear más carga. Con este diseño podemos apreciar la mano de Newey, pues esta filosofía ya fue aplicada en sus primeros diseños en Red Bull (RB5).
La parte trasera no ha sido desvelada, al igual que se hizo el año pasado. Una auténtica lástima. Lo que si queda presente es otra marca del prestigioso ingeniero inglés: el elevado ángulo de «rake» para ayudar al efecto suelo.
Sin duda alguna, un diseño prometedor y a la vez esperanzador. Sin embargo, en palabras de Helmut Marko la lucha por el mundial queda lejos debido a la ventaja que posee el motor Mercedes y Ferrari respecto al Renault. Aún así, cree que serán muy competitivos en ciertos circuitos, lo que les permitirá continuar con la “racha” de 9 temporadas obteniendo victorias. Bajo mi humilde punto de vista, un simple intento de mantener los pies en el suelo tras conseguir la temporada pasada un total de 3 victorias y 13 podiums con un mal inicio y un motor muy poco fiable…
Darán mucha guerra. “An appetite for disruption”.
Técnica
Petróleo, el recurso de oro en el automovilismo
De los GLPs a las parafinas pasando por los gasóleos
En este artículo vamos a hacer un breve repaso a lo que supone este oro negro en la industria del automóvil pues a partir de él no sólo se obtienen gasolinas y gasóleos.
El petróleo es un líquido viscoso que se presenta en la naturaleza con tonos verdes, amarillos, marrones y negros. Se compone por hidrocarburos, esto es, compuestos formados por átomos de carbono e hidrógeno en cantidades variables.
Una vez hechas las presentaciones, toca hablar de lo que de verdad importa ¿por qué el petróleo es el recurso de oro en el automovilismo?
Mediante su destilación se obtienen diferentes compuestos según su punto de cambio de fase. Algo parecido a lo que ocurre, por ejemplo, si calentamos agua y aceite de oliva en una olla: al cabo del tiempo veremos que el agua se evapora, pero el aceite se mantiene porque no se ha llegado a su temperatura de ebullición.
No obstante, el petróleo es algo más complejo que esa mezcla de agua y aceite de la que hablamos, ya que en temperaturas por debajo de 0 grados centígrados se obtienen los primeros compuestos. Es el caso de los GLPs (Gases licuados del petróleo), como el butano o el propano. Si calentamos el crudo, el siguiente compuesto en aparecer en escena es la gasolina, seguida del queroseno y de los gasóleos, con puntos de ebullición variables entre 30 y 400 grados centígrados. Tampoco se deben olvidar a los aceites lubricantes, obtenidos también de la destilación de este recurso.
De esta manera se consiguen los carburantes más utilizados hoy día en el automovilismo.
Estoy seguro de que algunos de vosotros ya estabais al tanto, pero ¿sabías que la parafina utilizada para medir el comportamiento del aire en los monoplazas también se obtiene del petróleo? En este caso se utiliza otro proceso llamado craqueo térmico o catalítico.
Y, por último, pero no menos importante, el asfalto. ¿Qué sería de las carreras sin asfalto? Este compuesto también se obtiene del petróleo siguiendo el mismo proceso que en el caso de la parafina.
Sin duda, este recurso no es uno más en la naturaleza, es una de las materias primas más importantes, objeto de comercio internacional.
Fórmula 1
De los fardos de paja a las barreras TecPro: así ha evolucionado la seguridad en los circuitos
Hoy analizamos cómo han ido evolucionando las barreras desde los comienzos de la categoría reina, y la reducción de desgracias con el paso de los años.
Corría el año 1975 cuando se celebró el último Gran Premio de España en el circuito de Montjuïc. Por esa época, la muerte de algún piloto estaba totalmente normalizada. Perdimos a pilotos como Jochen Rindt, Wolfgang von Trips, Alberto Ascari, Lorenzo Bandini… pero, antes de llegar al meollo del asunto, centrémonos en estos dos últimos casos.
Alberto Ascari, cuatro días antes de perder la vida probando un Ferrari en Monza, tuvo otro accidente del cual salió ileso, pero por los pelos. En Mónaco, circuito que por aquel entonces no contaba con apenas protecciones (como la gran mayoría), Ascari perdió la tracción del monoplaza al encarar la Nouvelle Chicane, pero hasta tal punto… ¡que se fue al agua! Por fortuna, Ascari logró sobrevivir. Quién diría que tan solo cuatro días después perdería la vida.
Por otro lado, tenemos el caso de Lorenzo Bandini. En 1967, las medidas de seguridad implementadas en los trazados consistían mayoritariamente en poner fardos de paja como protecciones alrededor del circuito. Estos fardos absorbían gran parte del impacto, y obviamente, la deceleración del monoplaza al chocar era menos brusca que si el coche en cuestión chocara contra un árbol. Bandini, curiosamente en la misma recta que Ascari, perdió el control del monoplaza y volcó. Su Ferrari se incendió, prendiendo fuego así las barreras de paja que conformaban los exteriores del circuito y provocando un incendio masivo. Bandini perdió un brazo, y a los 3 días, la vida. Estos fardos de paja serían prohibidos tres años más tarde.
Muchos recordamos el accidente de Robert Kubica en Canadá. Viniendo de accidentes de gravísimas consecuencias a lo largo de los años, todos nos hicimos la siguiente pregunta: ¿cómo pudo Robert tener consecuencias tan leves? O lo que es lo mismo, vimos a Fernando Alonso volver andando tras su espectacular accidente en Melbourne hace ya cuatro temporadas. Es cierto que la seguridad en los monoplazas es algo vital, algo que hemos visto en accidentes como el acontecido en Spa en 2012 y 2018, y el de Romain Grosjean en Baréin hace un mes. Pero, dejando los monoplazas de lado… ¿cómo han ido evolucionando los circuitos en el apartado de la seguridad?
Pocos pueden imaginar una sola carrera de Fórmula 1 sin barreras. No obstante, lo cierto es que las barreras de seguridad no fueron obligatorias… ¡hasta 1974! Las escasas medidas de seguridad tomadas en los circuitos hasta establecerse la obligatoriedad de las barreras de seguridad se saldaron con terribles consecuencias, como el ya conocido desastre de Le Mans de 1955, donde el monoplaza de Pierre Levegh salió volando y 83 espectadores fallecieron.
Un año después de declarar obligatorias las barreras de seguridad en el gran circo, llegó el Gran Premio de España de 1975. En este Gran Premio, ya hubo múltiples quejas antes de la carrera, cuestionando la validez de los guardarraíles del circuito, y alegando que la sujeción entre los guardarraíles era muy débil y que un desafortunado golpe podría acabar en tragedia si algún piloto chocaba contra el muro. Los comisarios del circuito trataron de solventar esta situación arreglándolos, pero igualmente, pocos se fiaban de la seguridad del circuito. En la vuelta 26, Rolf Stommelen perdió el control de su Embassy GH1 y atravesó por completo el muro, atropellando a unos cuantos espectadores, de los cuales cinco perdieron la vida.
Durante esta época, además de los guardarraíles, eran frecuentes las vallas alambradas en los circuitos. Hubo otro susto parecido en la clasificación del Gran Premio de Sudáfrica de 1981, cuando Carlos Reutemann quedó atrapado y estrangulado entre los alambres tras colisionar contra las vallas. Los comisarios salvaron la vida del argentino. No obstante, lo peor llegaría en la carrera, cuando Geoff Lees impactó contra las vallas, cayéndose uno de los postes que sostenía el alambrado y golpeando en la cabeza del piloto británico, dejándolo inconsciente. Finalmente, Lees salió ileso y no hubo consecuencias graves.
Durante los años 80, otra medida de seguridad implementada en los circuitos fue la ya más familiar barrera de neumáticos. Lo cierto es que esta manera de proteger a los monoplazas estuvo vigente durante muchos años, y parecía la manera más segura de frenar el impacto de los monoplazas, para evitar mayores consecuencias. Las barreras de neumáticos contaban, obviamente, con un tubo protector en el que se ensartaban varios neumáticos, como si de una brocheta se tratase. Sin embargo, el riesgo de que algún neumático se saliera de la barra aun existía, y sucedió en muchas carreras, pero la más icónica fue en Interlagos, en 2003.
En medio de una torrencial lluvia que sacudía el trazado brasileño, Mark Webber perdió el control de su monoplaza e impactó contra el muro, perdiendo las cuatro ruedas, que quedaron esparcidas por la curva. Tras el accidente, ondearon banderas amarillas y el coche de seguridad salió a pista. Fernando Alonso, que rodaba tercero, no vio las banderas amarillas porque estaba discutiendo por la radio respecto a qué neumáticos calzar para el tramo final de la carrera, llegó a 270 kilómetros por hora a la última curva, e impactó contra uno de los neumáticos de Webber, yéndose contra el muro y haciendo saltar decenas de neumáticos que se esparcieron por la pista. Tras el incidente, se suspendió la carrera.
Por aquel entonces, se iba desarrollando el tipo de protección que tenemos hoy día en los circuitos: las barreras TecPro. Estas barreras comenzaron a ser producidas en 1998, y se han ido perfeccionando con el paso de los años tras diferentes accidentes. Consisten en varias capas de bloques de poliestireno que reducen de forma considerable los efectos del impacto de un monoplaza. Estas barreras han ido mejorando su función durante los últimos años y, ante el miedo de que algún piloto se quede atrapado bajo las barreras, como ya le pasó a Sainz en Sochi en 2015, se han ido desarrollando evoluciones.
De esta manera, con la implementación de las barreras TecPro, escalofriantes accidentes como el que sufrió Pastor Maldonado en Mónaco, en 2013, curiosamente en la misma curva que Ascari y Bandini, han quedado en simples sustos. Lejos quedan los fardos de paja que contribuyeron a que se incendiara el coche de Bandini. Hoy, gracias a las constantes investigaciones que se realizan acerca de la seguridad en lo que a monoplazas, pilotos y circuitos respecta, podemos disfrutar de una Fórmula 1 infinitamente más segura.
Automovilismo
5 cosas que no sabías del mundo del motor
Damos respuesta a curiosidades del mundo del motor
Hoy en MomentoGP os traemos un artículo diferente, dando respuesta a algunas preguntas que seguro, cualquier aficionado del mundo del motor se ha hecho alguna vez. O incluso nunca se las ha planteado. Seas del grupo que seas, de invito a que te quedes a leer este artículo. Como dice el dicho, ¡nunca te acostarás sin saber una cosa nueva!
Bien está lo que bien acaba
En comparación con la zona delantera, el diseño de la parte trasera de un vehículo es más importante en materia de reducción de consumos y resistencia aerodinámica. El principal motivo es que en la parte trasera se generan turbulencias (vórtices de Von Karman), principalmente a la salida del pilar C, que tienen una estrecha relación con el ángulo de la luneta trasera. Dependiendo de cómo giren estos vórtices, se genera un efecto arrastre en el conjunto que aumenta la drag y, por tanto, el consumo. Como apunte, para ángulos de la luneta trasera mayores de 15 grados, se incrementa la resistencia aerodinámica debido a las líneas de flujo.
A falta de pan, buenas son tortas (o no)
Si a un motor que está diseñado para usar gasolina de 95 octanos, se le alimenta con una de 98 octanos, éste no tiene porqué sufrir daños. Sin embargo, en el caso contrario, diseñado para 98 octanos y alimentado con 95, el motor podría sufrir un fallo catastrófico. ¡No es necesario que lo probéis en vuestros coches!
No es oro todo lo que reluce
La válvula EGR presente en los vehículos diésel permite disminuir la concentración de NOx (Óxidos de Nitrógeno), gases extremadamente nocivos para el ser humano. Sin embargo, como contrapartida, aumentan las emisiones de HC (Hidrocarburos) por reducirse la temperatura de la llama.
El fin justifica los medios
La disposición de los cilindros en los motores actuales (en línea, estrella, V, W, etc) depende de multitud de factores, pero los más influyentes son: equilibrado de fuerzas y pares, compacidad y facilidad de refrigeración. Por lo general, veremos motores de mayor potencia con configuraciones en V o W y configuraciones en línea para el resto.
Divide y vencerás
¿Cuál es el criterio para que un coche sea tracción delantera o trasera? El motivo principal es el espacio disponible y el reparto de pesos, aunque hay otros que dicen que los coches de tracción trasera dan más sensación premium pues se suele reservar a vehículos de alta gama. Marcas generalistas como Renault, Peugeot o Fiat cuentan en sus filas con vehículos de tracción delantera porque sus motores son compactos: 3 o 4 cilindros y 1 o 2 litros de cubicaje. Esto permite que el espacio disponible en la zona delantera para montar el conjunto sea más que suficiente. Sin embargo, en marcas como Mercedes o BMW, vemos vehículos con tracción trasera o incluso total. La ventaja de esto es que liberas espacio en la zona delantera, permitiendo obtener mayores grados de giro. Podéis fijaros que un Mercedes-Benz gira más que un Dacia, por ejemplo.
¡Os invito a que nos contéis vuestras inquietudes sobre aspectos del mundo del motor a través nuestras redes sociales!
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