Ricciardo es demasiado para Vettel

Todo parecía indicar que iba a ser otro fin de semana desastroso para Ferrari. El sábado Vettel no pudo clasificar y el domingo Raikkonen no puede ni iniciar la carrera desde una prometedora segunda posición. Sin embargo, gracias al gran trabajo realizado en Maranello esta pretemporada, pudimos ver un monoplaza que, a pesar de la desventaja en el mundial, no va a tirar la toalla.

El inicio de la carrera estuvo marcado por el estado de la parrilla. La parte derecha estaba húmeda por las lluvias previas, lo que provocó que los coches situados en la zona impar tuviesen una mejor tracción en la salida. Esto permitió que Vandoorne se colocara cuarto y que los Williams entraran en puntos, a pesar del toque de Massa con Ocon en la segunda curva.

La lucha por la victoria no tuvo demasiada emoción. Desde la primera vuelta se pudo ver que los Red Bull tenían mucho mejor ritmo que los Mercedes, lo que aprovechó Verstappen para colocarse en la primera posición en la vuelta 4. A partir de ese momento, el holandés impuso su ritmo y vimos un Hamilton que era incapaz de luchar con los monoplazas austriacos.

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En la tercera posición, vimos una repetición de lo acontecido entre Max y Lewis. Bottas, que volvió a dar muestras de su latente irregularidad, no pudo frenar a Ricciardo y el australiano se deshizo de él en la vuelta 11. A partir de ese momento, Daniel se granjeó una distancia que fue insalvable para el finlandés, aunque nunca tuvo la posibilidad de alcanzar al piloto inglés.

A falta de lucha en las primeras posiciones, la salsa de la carrera la puso Vettel. En la octava vuelta ya estaba en la undécima posición, detrás de Fernando Alonso, que no tuvo un inicio de carrera tan espectacular como él acostumbra. Ambos pegados a Magnusen, se pudo ver claramente porque el alemán y el español son campeones del mundo. Tras unos giros en los que el asturiano aguantó al piloto de Ferrari, el de McLaren se fue a por el piloto danés, por lo que perdió algo de tiempo. Esto lo aprovechó Vettel, que en la última curva del circuito adelantó a Alonso y en la siguiente recta se deshizo del Haas. El español adelantaría posteriormente al danés en una maniobra que no estuvo exenta de polémica por la agresividad del piloto de la escudería americana.

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En ese momento llegó el baile de las paradas. Vettel, que había montado los neumáticos blandos para hacer algo diferente a la cabeza de carrera, se vio beneficiado y se aupó hasta la sexta posición. En la vuelta 22, el alemán sobrepasó a Pérez y se marchó a por el piloto finlandés de Mercedes. El equipo alemán aguantó en pista a Bottas para frenar a Vettel, pero los estrategas de Ferrari estuvieron finos esta vez y mandaron rápido a boxes al alemán para hacer un undercut. En la vuelta 26 ya estaba en la cuarta posición y con neumáticos superblandos. Su próxima víctima era Ricciardo.

Por primera vez en dos semanas se veían caras de felicidad en Ferrari, pues Vettel recortaba cerca de un segundo por vuelta al australiano y amenazaba con conseguir el tercer cajón del podio. Pero esa no era la realidad. Cuando el alemán se puso a menos de un segundo de Ricciardo, el australiano bajó sus tiempos por vuelta, llegando casi a igualar los de Sebastian con unos neumáticos más blandos. Además, el piloto de Red Bull se vio beneficiado por los doblados, que hicieron perder algo más de tiempo al piloto alemán. A falta de dos vueltas para el final, Vettel empezó a acusar algún problema en su monoplaza y llegó a perder casi 5 segundos con Ricciardo. Finalmente, el australiano acompañó en el podio a Verstappen y a Hamilton.

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Por su parte, los pilotos españoles no tuvieron mucha suerte. Carlos Sainz tuvo que abandonar en la primera mitad de la carrera, mientras que Alonso tuvo que conformarse con la undécima posición, por detrás de Ocon y lejos de su compañero de equipo, que acabó en el séptimo lugar, detrás de Pérez y delante de los dos Williams.

Como anécdota de la jornada cabe destacar que en la vuelta en la que los pilotos se dirigen al garaje, Stroll no vio el monoplaza de Vettel, que trazaba la curva por el exterior, lo que provocó un choque entre ambos coches que dejó sin rueda trasera al Ferrari. Su compatriota Wehrlein hizo de chófer con su Sauber y acercó a Vettel hasta el pit lane.

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