Daniel Ricciardo: «Espero poder estar en el podio en Melbourne»

Daniel Ricciardo quiere empezar fuerte 2018. Aunque ya ha estado físicamente en 2014 en el podio de Melbourne, en su primera carrera con Red Bull, una irregularidad le arrebató la segunda plaza, quedando descalificado en su gran premio de casa. En la próxima edición del Gran Premio de Australia, para el cual quedan solamente seis semanas, el sueño de Daniel Ricciardo está claro. Al menos conseguir el podio, es decir, marca como objetivo mínimo las tres primeras posiciones.

Entrevistado por el diario local The West Australian, el joven de Perth espera un Red Bull que sea mucho más competitivo en la primera mitad de la temporada que con el que se ha encontrado en los últimos años, pero aun así, destaca que el RB14 tiene muy buena pinta.

f1.com

«A nivel de unidad de potencia y fiabilidad, ya parece mejor», dijo en referencia al motor Renault (nombrado como Tag Heuer), que fue la fuente de muchos problemas el año pasado. «Y en la aerodinámica, la situación parece estar en línea con los objetivos: si el coche confirma los datos del simulador en pista, estaremos en una mejor situación en Melbourne que otros años». Coloca, por supuesto, el podio a la vista, que tendrá que ganar a Mercedes y Ferrari. 

Para Daniel Ricciardo se presenta un año clave en su carrera: su contrato actual con Red Bull expira, y podría convertirse en una de las piezas clave en el mercado de pilotos, así como una de las más deseadas: «Será un momento importante y emocionante, mi objetivo es ser rápido desde el principio, comenzar con el pie derecho me ayudaría».

Pero ser fuerte no es suficiente, ya que tendrá que compartir box con un fuerte adversario como es Max Verstappen. El holandés ha llevado a cabo ya su renovación de contrato hasta el año 2021, y en la última temporada lo ha vencido en la clasificación en trece ocasiones y en victorias (2 del holandés frente a 1 del australiano). Aun así, Daniel, a quien los problemas de fiabilidad afectaron menos, ha anotado más puntos. La comparación, por tanto, no le asusta realmente: «No hay más incógnitas, por el contrario, soy bastante impaciente, cada vez que uno de nosotros vence al otro se ve como un resultado de valor».