Fórmula 1
Ross Brawn arremete contra Mercedes
Uno de los principales objetivos de Liberty Media es lograr que la Fórmula 1 que viene sea el control de los presupuestos, con el fin de acabar con la enorme desigualdad presupuestaria actual, que hace que algunos equipos vivan en un descontrol de gasto casi infinito, que impide luchar mínimamente de tú a tú a equipos con economías más «modestas».
El ejemplo más claro de este gasto absolutamente incontrolado es Mercedes, equipo contra el que ha sido especialmente duro Ross Brawn, en una entrevista concedida a la revista Forbes. No en vano, la escudería germana cuenta hoy día con un presupuesto anual cercano a los 500 millones de euros y su techo no parece tener fin.
Un gasto que, en el caso de las Flechas Plateadas, está viniendo acompañado de éxitos deportivos. Tres campeonatos de Marcas y otros tantos de Pilotos y con todo a favor para repetir una cuarta vez en los dos títulos. Sin embargo, según Brawn, esto está provocando una especie de espiral de gastos y costes que, de no ponérsele coto, puede acabar arrastrando a la Fórmula 1 a una más que segura ruina.
Mercedes, de hecho, es el equipo con el presupuesto más alto de toda la parrilla ya que cuenta con el respaldo financiero mayoritario del Grupo Daimler (titular del 70% de la compañía) y sólo un 30% está en manos de accionistas mayoritarios (un 20% del equipo es propiedad de Toto Wolff y un 10%, de Niki Lauda).
«Si coges el ejemplo de un equipo dominante como Mercedes, ves que tienen los mayores recursos en la Fórmula 1. Gastan en torno a medio millón de euros al año en su programa de Fórmula 1 cada año para obtener los resultados en pista y eso es un logro fantástico. El problema es que son cuatro segundos más rápidos que los chicos de detrás de la parrilla y eso no es bueno para el negocio y tampoco es sostenible», afirmó Brawn.
«Lo que ocurre es que mientras ganan, su presupuesto aumenta. Durante este período de dominación, cada vez gastan más para seguir ganando. Pero cuando dejen de hacerlo, sus presupuestos serán raros porque no tendrán éxitos para la cantidad de dinero invertida. Y esa clase de equipos luego vienen a nosotros para pedirnos ayuda porque se han metido en el círculo de la búsqueda del éxito. Por eso queremos una autoridad reguladora. Queremos controlar estas cosas para que la Fórmula 1 sea sostenible y bajar los presupuestos un poco, es lo que haremos para que incluso sin ganar, sea justificable», agregó.
Precisamente, el riesgo de caer en una espiral diabólica en la que da por sentado que, cuando lleguen las «vacas flacas» -que llegarán- tendrán que insuflar más dinero para tratar de recuperar su posición dominante y eso provocará su definitivo hundimiento, algo que en palabras de Brawn no es deseable en absoluto.
«Mercedes, por ejemplo, siempre quieren ganar e incluso están listos para aceptar una pérdida de la competitividad para mejorar la sostenibilidad. Así que ellos están en el círculo vicioso de los altos presupuestos, donde dominar justifica cualquier cantidad de dinero y luego buscarán una forma de salir de esta situación», aseguró el directivo británico.
Por eso, uno de las claves de la nueva Fórmula 1 que busca Liberty Media está en la búsqueda incesante de la reducción de los costes y uno de ellos es el gasto en motores. Actualmente, el coste anual que los equipos están desembolsando en la adquisición (y, ojo, en la fabricación) de motores hoy día ronda los 40 millones de euros. Algo a todas luces inasumible, especialmente para las escuderías más pequeñas.
«El motor de estos coches es increíble pero demasiado caro para los constructores. Si eres un equipo cliente, los costos son demasiado elevados. Hoy en día una unidad de potencia cuesta el doble de lo que valían en 2014. Este factor no se consideró cuando se introdujeron las nuevas normas y habrá que modificarlo», declaró Brawn.
Por tanto, el futuro de la Fórmula 1 debe pasar única y exclusivamente por el control de la inversión. Por eso, la idea que ronda la cabeza a los nuevos responsables de la Fórmula 1 es la imposición de un techo de gasto. Una especie de límite presupuestario que trate de igualar en mayor o menor medida a todos los equipos.
«Estamos trabajando con todos los equipos para controlar el presupuesto de cara al futuro y creo que es lo adecuado. La forma de hacerlo sería manteniendo el ADN de la Fórmula 1, esto es, tecnología punta y un alto nivel de emoción pero de forma sostenible para todos los equipos Tenemos que definir en qué se puede gastar y los sistemas de control para regular la inversión. Lo importante es que todo el mundo sea competitivo porque las diferencias actuales son enormes», concluyó.