Fórmula 1
Tatiana Calderón, más cerca de un volante para los viernes en Sauber
La piloto colombiana Tatiana Calderón, actual piloto de pruebas del equipo Sauber Alfa Romeo, no ha tirado la toalla en su aspiración de ponerse a los mandos del C37en alguno de los entrenamientos libres de los viernes de aquí al final de la temporada.
A pesar de que en un primer momento, el Director de Sauber, Frederic Vasseur no contemplaba esta posibilidad en el plan de trabajo para este año, en declaraciones al diario As, la joven piloto colombiana, que en paralelo a su rol en la escudería suiza está disputando la GP3 con el equipo DAMS, no ha descartado probar en la Fórmula 1 este mismo año.
«Hay otras categorías en las que corro pero lo primero es intentar estar en la Fórmula 1 y creo que puedo hacerlo«, afirmó Calderón.
Por otra parte, y aunque es consciente de su actual papel en el seno de la escudería de Hinwill, también sabe que esa oportunidad puede llegarle en cualquier momento, por lo que ha de estar preparada para dar el salto en cualquier momento.
«De momento estaré en varias carreras con Sauber, participaré en reuniones técnicas y realizaré trabajos en el simulador y me estoy preparando para que me suban al monoplaza», añadió.
«Todavía no soy piloto reserva, pero el año pasado fui piloto de desarrollo y este año quieren seguir dándome la oportunidad de estar aquí, por lo que está en la mano del equipo anunciar cuándo voy a hacerlo. Mi objetivo es hacerlo bien en la GP3 para darles más razones y en dos o tres años, si todo va bien, podría estar en la Fórmula 1″, aseguró la piloto de Bogotá.
Por último, Calderón fue preguntada por si el hecho de ser mujer es algo que limite de alguna manera sus opciones de llegar en un futuro más o menos próximo al Gran Circo.
«Muchas veces me han dicho que no puedo hacerlo porque soy una mujer, pero eso solo me motiva más«. dijo la colombiana. «Tenemos un 30% menos de masa muscular y reconozco que es más difícil, pero en este momento debido a la preparación física que estoy haciendo, no me doy cuenta. Hago muchas horas de entrenamiento, por ejemplo en la ‘máquina de tortura’ que funciona mi cuello. En un año lo he hecho nueve centímetros más ancho».