Fórmula 1
Un año del ascenso de Verstappen a Red Bull: «fue todo muy rápido»
«Lo recuerdo muy bien y nunca lo olvidaré. Había estado en Rusia con Jos [Verstappen]. Allí había habido algunos incidentes con Kvyat. Volamos de regreso a Düsseldorf y desde allí tomaría mi siguiente vuelo a Niza. Durante esa escala, me llamó Helmut Marko, quería verme. De inmediato me pregunté, de broma, ‘¿necesitamos hacer un asiento?’. Estaba claro que algo sucedía».
Ese es Raymond Vermeulen, mánager de Max Verstappen. Y sí, son los momentos previos a que se cumpliera una de las noticias más sorprendentes del último año por la figura que se formó y que ahora se ha podido firmar y comprobar con creces. Y es que era algo que sucedería. Mas tarde o más temprano, pero subir al piloto- por aquel momento de 18 años- al primer equipo era algo que se contaba. Lo que pilló por sorpresa fueron a las alturas del campeonato, a la 5a carrera del año y en la segunda temporada de su vida en la Fórmula 1.
Por ello el holandés recuerda que Marko quería verlos a él y a Max Verstappen al día siguiente del Gran Premio de Rusia. Ese que Kvyat sufría uno de sus errores más costosos al chocar con Vettel. Ahí Vermeulen preguntó cuándo quería verlos: «Mañana», dijo Marko. A lo que el mánager del holandés respondió. «¿Debo llevar a Max?», la respuesta de Marko fue un escueto «sí».
Tras esto, Veermulen era consciente de que el salto de Verstappen a Red Bull estaba muy cerca de sucederse. O al menos habían pruebas concretas de que ese momento iba a llegar. El mánager de Max confiesa que ya había ido a hablar con Marko anteriormente sobre eso pero no llegaba a creer que iba a ser tan pronto… «Me di cuenta de que algo podía cambiar. Volamos a Graz, almorzamos allí, y luego salimos de la oficina de Marko y todo se resolvió allí. Habíamos tenido muchas conversaciones con el Dr. Marko antes, sabiendo que este paso llegaría en algún momento. Después de que en Sochi (Red Bull) lo discutió internamente y dijeron ‘creemos que Max está listo´. Luego finalizamos el contrato, nos sentamos y nos fuimos a Barcelona».
Otro de los puntos de esta historia es que gracias a ello muchos nuevos patrocinadores empezaron a sumarse y le apoyaron en muchas medidas tanto al joven piloto como a su entorno al pasar a un equipo de primera línea: «Juegas en diferentes equipos, tienen patrocinadores que necesitan ser informados, y también sobre el impacto de la transición. Debería haber acuerdos con Toro Rosso y Red Bull. Esa semana mis noches fueron muy cortas. Nuestros patrocinadores nos apoyaron y así fue todo, así que estuvimos muy contentos con eso”, continuaba.
Pocos días más tarde surgió lo poco antes visto. El debut a un equipo en plena temporada, primer contacto con el nuevo coche y primera victoria. Ocurrió en Barcelona. A eso se reduce todo a la elección no sólo del Dr. Marko sino como del mismo equipo Red Bull. Y por lo mismo, a un ritmo tan alto, vino la cruz al siguiente fin de semana en Mónaco, con un accidente el sábado y otro el domingo en carrera,
«Todo va tan rápido. Cada momento tiene su encanto. Cuando hicimos ese trato con Red Bull… Todavía lo recuerdo muy bien, bajamos las escaleras del hotel y luego nos abrazamos, fue muy intenso. Pensamos: ‘¡Wow, lo hemos hecho, increíble!’, Pero una semana después, las lágrimas corrieron por mis mejillas cuando vi a Jos en el Grand Prix en la parte trasera del Hospitality de Red Bull en Barcelona, y dos semanas más tarde estás decepcionado porque (Max) se estrella contra el muro el sábado y el domingo», recordaba Vermuelen.
Alguna vez, en unos años, se mirará este momento. Y quizás aparezca en esos libros de historia.