Automovilismo
Vehículo eléctrico en España: analizamos su situación
La situación actual de cambio climático está animando a gobiernos de todo el mundo y a empresas del sector a dejar atrás los motores de combustión para buscar formas de propulsión alternativas. A pesar de ser una tecnología muy desarrollada, sigue siendo muy contaminante. Basta con observar en los últimos años la situación en España: la falta de lluvias hace que en las ciudades los niveles de dióxido de nitrógeno alcancen valores superiores a los límites de seguridad, afectando a la salud de la población.
Estudios realizados muestran que la exposición a largo plazo a concentraciones de NO2 como las experimentadas actualmente puede provocar una disminución de la función pulmonar y aumentar el riesgo de aparición de síntomas respiratorios como bronquitis aguda, tos y flema, especialmente en los niños.
Por otro lado, en los últimos años se han destapado numerosos casos de fraude cometidos por las empresas automovilísticas a la hora de pasar las pruebas establecidas por los distintos organismos gubernamentales para medir las emisiones que producen los automóviles. Su imagen pública ha quedado muy dañada y muchas de estas marcas han «tenido» que cambiar su estrategia de marketing y de mercado. Por ejemplo, el estallido del Dieselgate hizo que el Grupo Volkswagen abandonara todas las competiciones automovilísticas en las que participaban algunas de sus marcas (Volkswagen en el WRC, Audi y Porsche en el WEC) para ahorrar y costes y para, según ellos, «centrarse en “las nuevas tecnologías y el soporte al cliente».
En cuanto a la situación en España, aunque el uso del vehículo eléctrico no está muy extendido entre la población, lo cierto es que gran parte de los españoles están convencidos de que en un futuro, la mayoría de los coches serán eléctricos. Según el estudio Ulises de abril de 2017, realizado por el diario 20 Minutos, el 58,8% de los españoles creen que dentro de 30 años la mayoría de los coches serán eléctricos o utilizarán energías renovables. El 64% considera el coche eléctrico como la solución ideal para las ciudades. Sin embargo, existe una gran diferencia entre lo que los españoles piensan y lo que hacen.
Las restricciones aplicadas en las grandes ciudades europeas provocan que una parte de los profesionales (taxis y transportistas) miren el vehículo eléctrico como una alternativa, aunque reconocen problemas como la escasez de puntos de recarga en las ciudades o la falta de agilidad de las empresas eléctricas a la hora de atender este tipo de demandas por parte de los particulares. Para paliar estos problemas, las empresas automovilísticas ponen en marcha diferentes medidas. Por ejemplo, Nissan ha establecido puntos de recarga gratuitos en todos sus concesionarios.
¿Qué programas se han puesto en marcha para impulsar el vehículo eléctrico?
El Gobierno Español, a través del Ministerio de Industria, Energía y Turismo y su organismo, el IDAE (Instituto para la Diversificación y Ahorro de la Energía), ha puesto en marcha varios programas para incentivar la compra de este tipo de vehículos:
- El más famoso fue el llamado Plan PIVE (Plan de Incentivo al Vehículo Eficiente), iniciado en 2012 y que en 2015 tuvo su última fase con el PIVE-8. Con este plan se buscaba rejuvenecer el parque móvil español.
- En 2009 se implantó el Plan MOVELE (MOVilidad ELÉCtrica), con la intención inicial de «implantar un mínimo de 2.000 vehículos eléctricos y al menos 500 puntos de recarga en distintas ciudades españolas dentro del horizonte temporal 2009-2010». De 2010 al primer trimestre del 2014 se matricularon 2.860 vehículos eléctricos y se establecieron 761 puntos de recarga en las calles de 56 ciudades. Cabe destacar que este plan se puso en marcha en la peor época de la crisis económica española. En abril de 2015 se anunció el lanzamiento del MOVELE 2015, con dos novedades: no era retroactivo (no asume ayudas comprometidas por los vendedores en meses anteriores a la aprobación del plan) y obliga a los vendedores de vehículos a instalar un punto de recarga para el cliente.
- Aunque no fue impulsado por el Ministerio de Industria, sino por el de Agricultura y Pesca, Alimentación y Medio Ambiente, cabe destacar el Plan PIMA (Plan de Impulso al Medio Ambiente). Consiste en un paquete de medidas en distintos ámbitos, pero en este análisis nos centraremos en sus vertientes PIMA Transporte y PIMA Aire. El primero se centraba en ayudas para la renovación de autobuses y de transporte pesado de mercancías, con ayudas de hasta 3.000 euros según el tipo de vehículo. Fue aplicado durante todo 2015. El segundo tenía por objetivo la adquisición de vehículos comerciales, vehículos de gas y de bicicletas de pedaleo asistido por motor eléctrico, con ayudas de distinto valor.
- En el año 2016 se inició Plan MOVEA (Plan de Impulso a la MOvilidad con Vehículos de Energías Alternativas), destinado a la adquisición de vehículos de energías alternativas y la implantación de puntos de recarga de vehículos eléctricos. Agrupa el Plan MOVELE y el Plan PIMA. Forma parte de la Estrategia de Impulso del Vehículo con Energías Alternativas (VEA) en España 2014-2020. Se conceden ayudas a la adquisición de vehículos eléctricos, de gas licuado del petróleo (GLP/Autogás), de gas natural comprimido (GNC) y licuado (GNL), motos eléctricas y bicicletas de pedaleo asistido por motor eléctrico. Se ha demostrado insuficiente: la partida presupuestaria destinada a este año (14,26 millones de euros) se agotó en dos días desde la apertura de las tramitaciones. Esta cantidad contrasta con la del último Plan PIVE (225 millones de euros).
¿Cuáles son las perspectivas de crecimiento del sector?
Los expertos predicen para 2022 la llamada «Revolución del coche eléctrico«, momento en que se producirá un gran descenso en el precio de las baterías y, como consecuencia, en los vehículos eléctricos. La batería supone actualmente entre el 30 y el 50% del coste de un coche. Desde 2010, el precio de las baterías para coches eléctricos ha descendido un 65%, llegando a alcanzar un precio de 350$/kWh, pero lejos de los 120$/kWh esperados en 2030.
Para 2040, la venta de vehículos eléctricos representará el 35% del total. Para entonces, el 25% de los vehículos que circularán por las carreteras serán ya eléctricos. Esto supondrá un ahorro de 13 millones de barriles de petróleo diarios, lo que implicará un aumento del consumo eléctrico en 1,900 TWh, el 8% de la demanda eléctrica diaria a escala global. Este proceso de cambio supondrá por lo tanto un desafío para las empresas energéticas, que tendrán que apostar de forma definitiva por el desarrollo e impulso de las energías renovables para suplir este aumento de demanda.
El coche eléctrico dejará de estar restringido al entorno urbano para ser una opción en cualquier uso. Las ayudas estatales y los reducidos costes de mantenimiento ayudarán a reforzar esta tendencia. Cabe destacar en este cambio en el mercado el papel de Tesla, cuyo lanzamiento del Model 3 para el mercado generalista (al precio de 35.000 USD en E.E.U.U.) ha animado a otras marcas a entrar en el mercado.
Con un aumento de ventas, en España, del 177% de los vehículos eléctricos, y del 72,9% de los híbridos, la tendencia ascendente es clara, a pesar de que ambos simplemente representen el 0,22% y el 2% de las ventas anuales de vehículos en este país, respectivamente.